The Objective
Montanoscopia

Escribo en pelotas, el uniforme de los triunfadores

«Putin y Xi precisamente, con su sueño de inmortalidad, ansían arrebatarle al Tiempo su carácter de tiranicida infalible»

Escribo en pelotas, el uniforme de los triunfadores

Iván Espinosa de los Monteros en la presentación de ‘Atenea’, su nuevo ‘think tank’. | Alberto Ortega (Europa Press)

1. Lo de los lapsus es precioso. Uno incurre en el mismo una y otra vez, hasta que se para a pensarlo. Si detecta la causa, no lo volverá a cometer. Es un psicoanálisis de un minuto. Me venía sucediendo con el nombre Charlie Kirk. Cada vez que intentaba decirlo, me salía Michael Kirk. Hasta que desvelé la fuerza de ese Kirk, cuyo dueño siempre ha sido Douglas. Y que tira por simetría hacia su hijo Michael. Una fusión edípica en realidad: Michael Kirk (Douglas ambos).

2. La abstención es mi guarida y mi castillo, mi destino (¡fatal!). Al decir abstención quiero decir voto en blanco, porque a votar hay que ir. Aunque con el voto en blanco no se respeta el secreto de voto, ya que el sobre se entrega vacío y se ve que está vacío. Tal vez sea mejor el voto nulo: pintar monigotes, insultos. El caso es que de la abstención me sacaron UPyD y Ciudadanos, y a ella volví sin ellos. Me dio una esperancilla Izquierda Española, pero su putinismo (o su no antiputinismo) me la hace invotable. En los momentos de cabreo antisanchista se me ocurre votar al PP, en plan voto antisanchista útil (y de castigo). Pero el PP nunca tarda en hacer algo que arruina mi intención de voto. Ahora es la aproximación a Espinosa de los Monteros, lo que lo liquida definitivamente para mí. Como lo viene haciendo (¡definitivamente!) la conciencia de que solo podrá gobernar con Vox. Y yo no he llegado hasta aquí para favorecer nada con Vox.

3. Gracias a Espinosa de los Monteros tuvo grandísimos momentos Losantos, cuando estiraba jocosas peroratas sobre su barba asiria. Como estaba también su mujer Monasterio, ahora ocultada, mi amiga Dolores los llamaba Los Monastis. Y Losantos: Los Aristogatos. Con Espinosa de los Monteros he tenido asimismo un problema personal: lo encontraba clavadito a Guille Ortiz. A su nuevo proyecto político le ha puesto Atenea. Yo le habría puesto (remontándome a Losantos) Asurbanipal. Pero el mejor nombre es el que corre por los mentideros madrileños: Pesca de Arrastre.

4. Entrañable reunión de psocialistas para buscarle una salida al PSOE. Yo personalmente creo que el PSOE ya solo puede ser mejorado mediante su destrucción. El PSOE: ese partido que le niega un aplauso póstumo a Lambán. Pero los reunidos son entrañables porque pretenden una salida sin un Brutus. O quizá les pasa como a Feijóo: esperan que el Tiempo sea su Brutus.

5. Putin y Xi precisamente, con su sueño de inmortalidad, ansían arrebatarle al Tiempo su carácter de tiranicida infalible. Que los autócratas no se mueran ni siquiera en la cama. Imagínense España sin «el hecho biológico»: la democracia no habría llegado jamás. Por otra parte, ya dije que en la España actual es ontológicamente imposible un magnicidio. Si alguien lo intentara con éxito, le saldría como mucho un parvicidio. Nuestros gobernantes no dan para más.

6. El presidente no se la cuela a The Telegraph, que titula: «Sánchez usa Gaza para salvar el pellejo». Los estudiantes de la Universidad de Columbia sí le fueron afines. Recreo libremente el diálogo: «¿Trump o Sánchez?». «¡Sánchez, Sánchez!». «Da igual, también soy Trump».

7. Todo cae en el bolsillo del narcisismo. La ministra de Igualdad se toma la reprobación del Congreso como una condecoración. Ahora va por ahí presentándose como «ministra reprobada». Es por una incompetencia, pero ella lanza su grito cheroqui: «¡Somos incómodas!».

8. Vidal-Folch (el nuestro, el bueno) afirma en su deliciosa última columna que escribo en pijama, «el uniforme de los fracasados». En realidad escribo en pelotas, el uniforme de los triunfadores.

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