'El Plural', un medio muy singular
«El digital ha decidido consagrar su existencia a una cruzada contra THE OBJECTIVE»

Angélica Rubio, consejera de RTVE y exdirectora de 'El Plural', en una imagen de archivo. | EP
Un servidor quiere escribir hoy sobre ese singular medio que es El Plural, ese prodigio de la prensa que, en su afán por ser el azote de los poderosos, termina siendo el bufón de la corte. Singular como un unicornio que en lugar de arcoíris escupe bilis. Y es que, en estos días de octubre de 2025, El Plural ha decidido consagrar su existencia a una cruzada personal contra THE OBJECTIVE y su colaboradora Guadalupe Sánchez. Una obsesión tan enfermiza que roza lo patológico.
Imaginemos la escena: la redacción de El Plural, entre sorbos de café aguado y subsidios estatales, se reúne un equipo de redactores para tramar el siguiente golpe maestro. «¡Atacaremos a Ayuso! ¡A Peinado! ¡Y de paso, a esa abogada que osa defender el Estado de Derecho en THE OBJECTIVE!» Así nace el artículo del 4 de octubre: «Guadalupe Sánchez, TO y Ayuso: un trío conectado por intereses comunes». Un titular que suena a thriller de serie B, pero que, despojado de su barniz sensacionalista, no es más que un batiburrillo de insinuaciones torticeras. Según ellos, Guadalupe Sánchez, una de las mejores abogadas de este país, con un currículum que incluye defensas impecables y colaboraciones que iluminan las páginas de este periódico, forma parte de una «relación de intereses» con Isabel Díaz Ayuso y el juez Juan Carlos Peinado. ¿Pruebas? Fotos de presentaciones de libros, menciones a maniobras contra Pablo Casado y, por supuesto, la eterna sospecha de que todo huele a cloaca conservadora. Es el periodismo de la sospecha perpetua, pero incapaz de confirmar nada.
Recordemos, porque la memoria es un músculo que El Plural parece tener atrofiado, el escándalo de la «bomba lapa» del pasado junio. Según su primicia estelar, el excapitán de la UCO Juan Vicente Bonilla, en un arrebato, planeaba colocar una bomba lapa al presidente Pedro Sánchez. Mensajes de WhatsApp manipulados, sacados de contexto con un mal montaje propio de un Hollywood low cost, y amplificados por varios ministros del Gobierno que, en su afán por victimizarse, retuitearon la noticia como si fuera el Watergate. El Plural lo sabía, dado que su «investigación» se basaba en filtraciones dudosas, pero decidieron publicarlo de todos modos. ¿Resultado? THE OBJECTIVE destapó la manipulación, y hasta The Times se hizo eco del ridículo de ese periódico digital y de los ministros que lo avalaron. ¿Hubo rectificación de El Plural? El silencio fue la respuesta.
Pero si el caso de la bomba lapa es un monumento a la negligencia, el de Angélica Rubio es la catedral del cinismo. Angélica: la periodista que ha escalado de mano derecha de Zapatero a consejera de RTVE con un sueldazo de 100.000 euros anuales. ¿Méritos? Defender al Gobierno en todas las tertulias imaginables, desde «La Sexta» hasta el rincón más oscuro de Twitter, con una lealtad que emocionaría a un capo de la mafia. Su momento «estelar» fue difundir el bulo de los «dos DNI» del juez Peinado. ‘El Plural’, bajo su dirección, soltó la perla de que el magistrado tenía dos documentos de identidad, uno supuestamente falso, como si fuera un espía de una novela de Le Carré. Rubio lo repitió en bucle: «¡Tengo pruebas irrefutables!». ¿La realidad? Una falsedad desmentida por el propio juzgado, pero amplificada hasta el absurdo por su afán de linchar a quien ose investigar a sus amos.
«Por todo esto, Angélica Rubio ha sido premiada con un sillón en el Consejo de Administración de RTVE, ese que se supone ‘despolitizado’ tras la reforma exprés del PSOE»
Por todo esto ha sido premiada con un sillón en el Consejo de Administración de RTVE, ese que se supone «despolitizado» tras la reforma exprés del PSOE. Rubio se atrevió a negar su propia noticia. «El Plural jamás publicó que Peinado tenía dos DNI», declaró con el descaro de quien sabe que se le ha cogido en un renuncio. La hemeroteca, esa jueza implacable, la contradice: artículos firmados por su equipo, tertulias donde ella volvía a decirlo. «No sabes leer», espetó a un periodista en un vídeo viral, como si el problema fuera la alfabetización ajena y no su hipocresía. Un puestazo que huele a recompensa por los servicios prestados: 100.000 euros para callar bocas críticas y enderezar la programación hacia el paraíso sanchista.
En fin, queridos lectores de THE OBJECTIVE, aquí seguiremos adelante. Guadalupe Sánchez, con su pluma afilada y su defensa inquebrantable de la justicia, es el antídoto perfecto a esta plaga de singularidades. Y el resto seguiremos siendo el espejo que tanto les molesta. Porque el periodismo de verdad no se hace con rencores, sino con hechos. Aunque, para El Plural, eso sea un lujo «singularmente» inalcanzable.