Alégrame el día, Puchi
«Lo mejor que puedes hacer es entregarnos la cabeza presidencial del marido de Begoña»

Un partidario independentista lleva una máscara que representa al expresidente catalán Puigdemont. | Matthias Oesterle (Zuma Press)
Hoy lunes se reúnen en Perpiñán la cúpula de Junts para decidir si siguen apoyando al gobierno de Pedro Sánchez. Puchi, tienes en tus manos ejecutar al Ejecutivo, hacer de Harry el Sucio, y por fin ser un personaje de película conocido por algo bueno, y no por ser un iluminado con ínfulas de Quijote catalán. Te llamo Puchi, señor Puigdemont, porque quiero tenerte confianza, y creer que hasta las personas como usted pueden redimirse de sus muchos pecados y buscar la expiación.
Está claro que no tienes el talento de Clint Eastwood, pero estás a tiempo de conducir tu propio Gran Torino, y dejar, aunque sea, una buena obra echando a Sánchez de la Moncloa. Que hayas elegido Perpiñán no me extraña. Te gusta Francia como ese pequeño Napoleón que te crees ser, un emperador que solo eres en tu cabeza, pero que nadie más ve, ni siquiera los tuyos.
Te va como anillo al dedo que esa población esté en los Pirineos, pues desde ellos se puede escalar a esa locura tan tuya, que se escribe de forma muy parecida a esas montañas de belleza incomparable. Y es que hay que ser muy paranoico para creerse el salvador (no Illa, qué más quisiera él que volver a ocupar su puesto) de una tierra como la catalana. Un paranoico en el Pirineo podría ser un buen titular para mañana, se lo cedo gustosamente a quien lo quiera coger.
Es hora de que salgas de Waterloo, precisamente el lugar de la derrota napoleónica, cuyo simbolismo parece que has aceptado para huir hasta ese lugar y aceptar la tuya. Es el momento de dejar de hacerlo, y que el derrotado sea el que se merece perder hasta al Monopoly. Y es que Sánchez, aunque no lo creas, lleva mucho tiempo acostumbrado a perder. Para empezar, es presidente a pesar de una derrota, y es que nadie tiene que olvidar que el segundo es el primero de los perdedores. Que el poder autonómico desde que está al mando de la secretaría general es mínimo, donde Barbón en Asturias parece flor de un día o de esta legislatura, Page es el hombre rebelde dentro del partido, y solo Illa parece aguantar a Sánchez, que va de derrota en derrota… hasta la derrota final, que se la puede infligir usted.
Pero no quiero que pienses que eres el malo en este artículo, aunque lo pueda parecer por lo que he escrito hasta este momento. Aquí el personaje malvado es Pedro Sánchez y sus secuaces. Lo mejor que puedes hacer es entregarnos la cabeza presidencial del marido de Begoña, para que se quede en la testa corriente y moliente que ha sido siempre, vacía de contenido, pero destructiva para los demás. Si fuera por un servidor, y tuviera el poder de hacerlo, si realizaras tal acto, se te debería agradecer como se merece, y es con una amnistía «semicompleta», donde pudieras volver a poner tus dos pies en tu amada Cataluña sin riesgo de ahogamiento por tener que escapar en el maletero de un coche.
Sé que muchos me dirán que tus delitos han sido muy graves, y un servidor está de acuerdo, pero la razón para ser en parte indulgentes contigo, es mucho mayor que estos. Algo a tener en cuenta cuando la Historia hable sobre él. Realizarle un «Aldama», si colaboras con la Justicia o con España, que significa lo mismo, tu condena será mucho menor. En el caso de Puchi, además, sí que podría tener el privilegio de descansar a la sombra de una prisión de Cataluña. A diferencia de los etarras, cuyas exigencias no deberían ser tenidas en cuenta nunca, él no ha matado a nadie, aunque haya hecho mucho daño a la relación entre catalanes y el resto de españoles.
«Alégrame el día, Puchi», y pulsa el botón de extirpar el sanchismo de nuestras vidas. Te sentirás mucho mejor una vez lo hayas hecho. Y es que hacer lo que se debe provoca una paz interior que ayuda a estar en calma y a sentirse bien con uno mismo. Además, tú sabes mejor que nadie que Bélgica es un coñazo de país. Cuanto antes hagas lo que tienes que hacer, antes volverás a Cataluña. Primero en una cárcel, y después libre en cuerpo y alma para disfrutar de esa maravillosa región.
