The Objective
Montanoscopia

Franco fue nuestro primer Chanquete

«Cincuenta años después, España está desatada y bien desatada. ¡Qué insufrible polarización!»

Franco fue nuestro primer Chanquete

Ilustración de Alejandra Svriz.

1. Cincuenta años después, España está desatada y bien desatada. ¡Qué insufrible polarización! Nuestra derecha también se las trae, pero la clara culpable es nuestra izquierda. Ella empezó la presente deriva y la está llevando a unos extremos delirantes. Lo sentencio desde mi atalaya moral, que es de aúpa. Y desde mi ya irreversible abstencionismo. Vivimos, qué le vamos a hacer, en un país muy tonto. Qué manera más estúpida (¡más española!) estamos teniendo de irnos al guano.

2. Durante la crisis me refugiaba de los problemas de España en los de Argentina: viendo Periodismo para todos, de Jorge Lanata. Ahora aquellos problemas se parecen a los nuestros. Los peronistas hablaban de «golpismo mediático» y de «golpismo judicial», como aquí estos días. Al propio Lanata lo llamaban «golpista» por investigar la corrupción de los Kirchner. Aquel refugio mío era una anticipación de esta intemperie.

3. En su 25° aniversario, el diario Página 12, que se había vuelto kirchnerista, ni mencionaba a Lanata, que lo fundó en 1987 y lo dirigió hasta 1994. «Soy el primer desaparecido de Página 12», bromeó. En España, en el 50º aniversario de la proclamación como rey de Juan Carlos, no ha estado Juan Carlos. Nuestra memoria histórica se hace a tajo limpio.

4. El día en que comenzó su reinado, el sábado 22 de noviembre de 1975, pensé que a mis nueve años iniciaba yo una prometedora vida habilidosa. Mi padre nos había dicho que estuviéramos pendientes de la tele, que era un acontecimiento histórico. Pero mi hermana y yo correteábamos por la casa y en uno de los vaivenes, al dar un portazo en el cuarto de mis padres, se desplomó el manillar y me quedé encerrado. Al estupor siguió un uso inédito de mi inteligencia. Cual chimpancé de documental, evolucionado en Homo habilis, recogí el manillar del suelo y, con un ligero trasteo, lo logré encajar. ¿Funcionaría? Lo accioné y la puerta se abrió. En el salón estaba la ceremonia real, pero yo me encontraba en mi propio reino, recién conquistado. Ahora podría escribir que fue el primer acierto práctico de toda una serie de aciertos prácticos. Pero aquel fue el único acierto práctico de mi vida. Hizo medio siglo ayer.

5. Alguna vez he escrito que la de los nacidos en los sesenta es una generación tanática. Se nos murieron demasiados. Además de Bambi: Nino Bravo, Cecilia, Fofó, Félix Rodríguez de la Fuente y Chanquete. Franco está en el conjunto. Fue nuestro primer Chanquete: Verano azul, «No nos moverán» (canto al inmovilismo)… Aunque a Chanquete sí lo lloramos.

6. Mercedes Cebrián, que escribió un libro maravilloso sobre aquella serie, Verano azul: unas vacaciones en el corazón de la Transición (Alpha Decay), ha publicado este año Estimada clientela (Siruela), en que nos lleva de tiendas por cantidad de países, sacando filones de oro literario a cada paso. Nada hay más delicioso que leer a Mercedes Cebrián. Su mirada singular se torna aquí un poco melancólica, por los tiempos: «Un libro sobre ir de compras es un libro nostálgico: hay que aceptarlo». En un momento dado, mi lectura adquirió aires de thriller. Pasaban las páginas y no aparecía el sitio de Madrid con el mejor nombre del mundo, absolutamente acorde con aquello en que la autora se va fijando: Bobo y Pequeño, la tienda de telas situada en Atocha 20. «¡No puede ser que no hable de Bobo y Pequeño!», me decía. Pero claro que habla: en la página 202, casi al final. Y con premio. Cuenta Cebrián que una compañera de clase, cuando se enfadaba con su hermano menor, lo llamaba «Atocha Veinte».

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