The Objective
Opinión

Los mutualistas de Anmarq responden

Han pagado impuestos para contribuir a que otros tengan y disfruten de unos derechos que a ellos se les niegan

Los mutualistas de Anmarq responden

Ilustración de Alejandra Svriz.

Después del artículo publicado sobre La minoría ruidosa que quiere condicionar el futuro del mutualismo, me he puesto en contacto con María Luisa Saavedra Cervantes, vicepresidenta de Anmarq (Asociación Nacional de Mutualistas Arquitectos), para que me explique su versión al respecto.

Hasta el año 1997 era obligatorio para cualquier profesional colegiado pertenecer a una mutualidad para ejercer un trabajo por cuenta propia. A partir de entonces se pudo escoger e incluso cambiar al RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos), pero se empezaba desde cero, sin contar los años ni el dinero cotizados anteriormente en la mutualidad. Realmente no era una «pasarela», sino reiniciar el proceso sin tener en cuenta todo lo ya invertido.

Hasta 2012 los mutualistas no tuvieron derecho, como el resto de la población española, a la sanidad pública, a pesar de que desde 1997 la sanidad se costea con los Presupuestos Generales del Estado, con los impuestos de todos, incluidos los de los propios mutualistas. Tenían que pagar un seguro médico privado cada mes, también a veces el de su familia, además de costear el 100% de todas las medicinas, incluidas las necesarias para enfermedades crónicas con alto coste para el mutualista.

Además de las cuotas para la pensión, los mutualistas han tenido que pagar seguros de vida y de invalidez, así como otro tipo de contingencias que un trabajador autónomo tiene cubiertas con su cuota, como maternidad, baja por enfermedad, viudedad o desempleo, lo que es un costo nada desdeñable que no se les reconoce.

Una «prestación de jubilación» de la mutualidad, les da derecho a una pensión vitalicia en 12 pagas y sin revalorización, mientras que la pensión de la Seguridad Social se actualiza cada año con el IPC y en 14 pagas.

De los más de 1.300 socios de Anmarq, entre arquitectos y aparejadores, el 70% están cobrando o tiene una previsión de su mutualidad de cobro de pensiones por debajo de los 700 euros y más del 50% está por debajo de la pensión mínima no contributiva.

Los mutualistas han pagado impuestos toda su vida para contribuir a que otros tengan y disfruten de unos derechos que a ellos se les niegan y muchos han tenido que acudir a los fondos de ayuda que han creado ya algunos colegios de arquitectos e incluso a comedores sociales por la falta de ingresos.

Por todo ello, es esencial para los mutualistas conseguir una pasarela constitucional al RETA, para que cada mes cotizado a la mutualidad se considere un mes cotizado a la Seguridad Social y, sobre todo, que sea voluntariapara que solo se acoja a ella quien quiera.

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