La renuncia de ERC a los temas económicos deja al PSOE la bandera de las inversiones en Cataluña
El Gobierno de Pedro Sánchez ha asumido que tiene que liderar la gestión de la economía en Cataluña. La exigencia de ERC de condicionar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado a la inclusión del catalán en Netflix ha dado la puntilla a las peores sensaciones del equipo económico de la Moncloa y de los ministerios económicos. Si ERC abdica de su papel de gestor, el Ejecutivo tendrá que intervenir directamente. Ese es en suma el discurso que se maneja en las reuniones internas de estos departamentos.
Las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE insisten en que es conocida y viene de lejos «la dejación» de ERC en todos aquellos asuntos que no guardan relación con la hegemonía cultural (la lengua catalana en las escuelas o en los medios) o el «conflicto territorial». De hecho, sitúan el acto del pasado junio de Pedro Sánchez en el Liceo ante 300 empresarios y figuras de la sociedad civil catalana como parte de la estrategia del PSOE de postularse como el ‘partido del orden’: ocupar la centralidad ante la incomparecencia de ERC y la deriva populista de los herederos de Convergència.
En su momento, y no sin estar exenta de críticas tanto por parte de la oposición como por sus principales socios parlamentarios, Moncloa optó por centralizar la gestión de los fondos europeos ante el temor de que muchas de estas inversiones queden sin ejecutar. Pero ven con mayor preocupación el papel de ERC de desentenderse de los asuntos económicos y de cuestionar, junto a sus socios en Cataluña, Junts y la CUP, a las grandes empresas del Ibex.
La paralización de la ampliación del aeropuerto de El Prat por las discrepancias con el Govern fue un punto de inflexión. Y desde Moncloa y los ministerios económicos trabajan para «velar por las inversiones» y que Cataluña ataje esta deriva de decadencia acentuada por el procés promovido por los sucesivos gobiernos autonómicos.
Reindustrializar Cataluña
En su propósito cuentan con el respaldo de los círculos empresariales catalanes. La nueva coyuntura post pandémica ha contribuido a que estos círculos alcen la voz para pasar página del procés y abrir una nueva etapa técnica y centrada en la gestión. Y, con lo que sucedió con El Prat, cada vez se confía más en Salvador Illa que en Pere Aragonès para desempeñar este rol.
«ERC no ha sido capaz de liderar nunca la economía catalana ni tampoco lo será ahora. No tiene técnicos ni ganas. Por eso, en los Presupuestos es más importante para ERC una pequeña cuota del catalán en Netflix que una gran inversión», explican las fuentes consultadas.
Desde el Ministerio de Industria se trabaja para incentivar la reindustrialización en Cataluña: «Cataluña debería ser un gran ganador del retroceso en la deslocalización de empresas en Asia», relata otra fuente del ámbito del PSC. Y es que el PSOE y los socialistas catalanes son quienes están llevando el peso de las negociaciones en todo lo que atañe a garantizar un marco de seguridad jurídica y política para captar inversores. Por ejemplo, en la búsqueda de un sustituto tras la marcha de Nissan de Barcelona.
La Generalitat se ha desentendido en gran parte de lo que tiene que ver con el sector automovilístico. Sánchez, en cambio, está dispuesto a priorizar Cataluña por encima de otras autonomías con gobiernos socialistas por lo que respecta, por ejemplo, a la fábrica de baterías. El Gobierno lleva tiempo negociando con Seat e Iberdrola para poner en marcha esta fábrica. En Moncloa tienen presente el plantón de Aragonès a la cúpula del grupo Volkswagen cuando no quiso reunirse con ellos en una de sus visitas a Cataluña.
Desde que la Comisión Europea declaró el litio materia prima estratégica no son pocas las comunidades autónomas que pujan por que la fábrica se instale en su territorio. Y Cataluña juega con ventaja: el papel de Raúl Blanco, el hombre del PSC en Industria, puede contribuir a ello.
Vuelta de empresas
La vuelta de empresas que trasladaron sus sedes fuera de la región durante el otoño de 2017, durante el periodo de la celebración del referéndum ilegal y la declaración unilateral de independencia, también es otro asunto en el que trabaja el Ejecutivo central.
En paralelo, la posición de ERC sobre energías renovables tampoco convence al Gobierno. «Solo quieren inversiones de pequeñas y medianas empresas. No sé qué tiene de malo que inviertan también en Cataluña grandes compañías», añade esta fuente. Y es que desde la llegada de ERC en la Generalitat han criticado a las «empresas del Ibex-35» y en el preacuerdo de Gobierno con la CUP se marcaban como objetivo excluir a las grandes empresas de la contratación pública.
Un objetivo que desde el PSOE ven impracticable: «En algunos proyectos son las grandes compañías las que tienen más capacidad para cumplir con los requisitos de la administración». Sin embargo, matizan que esto no significa que haya «un efecto cascada» donde las pymes puedan ser subcontratadas por estas empresas.
En la misma línea, el hecho de que el histórico dirigente de Convergència, Pere Macias, sea el jefe del plan de Cercanías fichado por el PSOE forma parte de esta apuesta decidida del PSOE de intervenir directamente en los asuntos económicos de la región.
En paralelo, también en Podemos ven con cierta incredulidad que los Presupuestos, la herramienta que sirve para vehicular los fondos europeos y las ayudas de cariz social, dependa exclusivamente del redactado de la nueva Ley Audiovisual. Aunque Rufián ha centrado su crítica hacia el Ministerio de Economía, departamento que lidera el proyecto de ley, cuadros importantes del partido morado creen que afecta a la estabilidad del «frente de izquierdas» en el Congreso.
En un momento complicado de la legislatura, con las disputas entre socios sobre la reforma laboral, la posición de los nacionalistas catalanes puede no entenderse entre parte de su electorado y de los sectores sociales en riesgo de exclusión. Podemos quiere beneficiarse de la «política expansiva» que se podrá hacer si llegan los fondos europeos, pero al menos en Cataluña son Pedro Sánchez y los suyos quien parten con mayor ventaja para capitalizar esta política de estímulo económico.