El expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont ha decidido romper el carné del Partido Demócrata Europeo Catalán (PDeCAT) y consumar su desvinculación de su antiguo partido, con quien mantenía discrepancias estratégicas desde hace años por el control de la marca de JxCat.
Por qué te lo contamos: esta escisión se produce en una atmósfera preelectoral en Cataluña, con múltiples divisiones dentro del movimiento independentista, que carece de una estrategia política firme desde el fallido intento de secesión y el encarcelamiento o huida al extranjero de sus líderes.
El divorcio llega después de múltiples tensiones entre Puigdemont y parte de la dirección de este partido, que recelaba de la estrategia del expresidente de instigar la confrontación permanente con las autoridades españolas y de inclinarse a postulados de izquierdas alejados de su tradicional ideología de centroderecha. La relación acabo de quebrarse el pasado julio, cuando el expresindente fundó otro partido bajo el nombre de Juntos por Cataluña, la marca que utilizaba recientemente el PDeCAT para presentarse a las contiendas electorales.
Nacido en 2016, el PDeCAT es la formación heredera de Convergencia Democrática de Cataluña (CDC), partido hegemónico del nacionalismo catalán durante décadas al que Puigdemont se había afiliado a principios de 1980.
Considerado un verso libre dentro del partido, Puigdemont empezó a distanciarse de él tras la fallida secesión, con el lanzamiento en 2018 de una nueva formación bautizada La Crida con la que intentó aglutinar sin éxito las diferentes sensibilidades del independentismo.
Acabo de comunicar a David Bonvehí, president del Pdecat, la meva decisió de donar-me de baixa del partit que presideix. Continuaré treballant, ara com a president de @JuntsXCat, per mantenir una relació cordial entre les dues formacions.
— Carles Puigdemont (@KRLS) August 31, 2020
El presidente regional Quim Torra, afín a Puigdemont, anunció en enero la próxima celebración de elecciones ante las constantes discrepancias con su socio de gobierno, el partido separatista de izquierdas ERC, pero estas no llegaron a convocarse al estallar la pandemia del coronavirus. En una entrevista este lunes, el dirigente catalán, que podría ser inhabilitado por desobediencia por no retirar una bandera separatista de la sede del gobierno regional, evitó desvelar la fecha de su celebración.