El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado el regreso de Antonio Hernando para ocupar la dirección adjunta del Gabinete de la Presidencia. Hernando ya fue hombre de confianza de Sánchez en su primera época al frente del Partido Socialista, cuando fue portavoz en el Congreso de los Diputados. Su nombramiento será oficial el martes tras el consejo de ministros, donde será ratificado.
Sobre esta decisión, el presidente ha alabado las condiciones de Hernando, de quien ha dicho que es «uno de los mejores» y que su Gobierno ha de tener alguien como él. Esta decisión parece responder al acercamiento que desde Moncloa el presidente realiza hacia Ferraz y que ya se materializó con el nombramiento de Óscar López como director de Gabinete tras la salida de Redondo. Al respecto de esta cuestión, el presidente ha rechazado que se deba a esta posibilidad, sino que responde a la necesidad de «reconocer la capacidad de cada uno».
Sánchez, López y Hernando ya compartieron etapas en el Parlamento Europeo, donde forjaron una amistad que, tras la moción de censura contra Rajoy (en la que Hernando fue el encargado de defender la abstención de su partido) y las primarias de 2017, saltó por los aires y terminó con Sánchez en Ferraz. En Salvados, el presidente hablaría de «decepción» al mencionar a su ahora nuevo fichaje. Tras estos episodios, Hernando abandonaba la política y se marchaba a la empresa privada para fundar un despacho de Asuntos Públicos junto a José Blanco.
Ahora, tras una nueva etapa en el partido —materializada en el Congreso en Valencia de este fin de semana— en la que el presidente ha decidido regresar junto a las personas que le auparon en su camino a la secretaría general del PSOE y rodearse de algunos de los hombres fuertes del partido como el ministro Toni Bolaños, el nombramiento de Hernando parece formar parte de esta línea en la que el ‘Redondismo’ es solo un recuerdo.