España sigue sin trasponer la normativa de protección sobre el gas radón
El gas radón es la mayor fuente natural de radiactividad y la segunda causa de cáncer de pulmón después del tabaco
El último dato del Instituto Nacional de Estadística muestra que en nuestro país, en 2020, se contabilizaban más de 25 millones de viviendas; en concreto: 25.882.055. El 6% de estas están expuestas a altos niveles de radón.
Para muchos desconocido, el gas radón es la mayor fuente natural de radiactividad. Presente en la naturaleza de la formación de la Tierra, es incoloro e inodoro y se origina con la desintegración radiactiva del uranio, que se transforma en radio, y este en radón.
Presente en muchas casas, sobre todo en los sótanos y garajes ya que penetra en las viviendas por grietas, fisuras o juntas mal selladas, una exposición continuada a él puede provocar cáncer de pulmón. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), este gas ionizante es la segunda causa de cáncer de pulmón –después del tabaco– y el primer factor de riesgo para esta tipología cancerígena en personas no fumadoras, un dato que es 25 veces superior en fumadores. En España provoca la muerte directa por cáncer de pulmón de entre 1.500 y 2.000 personas al año, según la asociación Vive sin radón.
Cualquier pequeña fisura de los elementos constructivos de los edificios puede ser una puerta de entrada, sin embargo, la Directiva Europea frente a radiaciones ionizantes sigue sin ser traspuesta, desde el plazo legal de febrero de 2018.
Directiva europea
En Europa, la Comisión Europea hizo en 1990 una recomendación relativa a la protección de la población contra los peligros de una exposición al radón en el interior de edificios (90/143 Euratom). En 1996 se estableció la Directiva 96/29 Euratom, pero regulaba solo la exposición laboral.
En España, el primer Real Decreto llegó en 2001, cinco años después. No fue hasta 2010 cuando llegó el segundo, y 2012 el tercero complementando los dos anteriores.
En 2013, Europa aprobó la Directiva 2013/59/ Euratom por la que se establecen las normas de seguridad básicas para la protección contra los peligros derivados de la exposición a radiaciones ionizantes, y se derogan las directivas anteriores. Incluye el radón en lugares de trabajo, exposición al radón en recintos cerrados y un plan de acción para el radón.
Y aquí la cuestión del asunto, porque en este punto, y ocho años después, esta directiva sigue sin transponerse a España y, por tanto, miles de trabajadores están «expuestos crónicamente a un riesgo» que cada año le cuesta la vida a más de 1.500 personas.
España no cumple
Juan Miguel Barros Dios, director del Laboratorio del Radón de Galicia y profesor de Medicina Preventiva de la Universidad de Santiago, señala a THE OBJECTIVE que España no cumple con la normativa, puesto que no se ha traspasado esta última directiva europea al Real Decreto por el que se aprueba el reglamento sobre protección de la salud contra los riesgos derivados de la exposición a las radiaciones ionizantes, pendiente desde 2018, por lo que, subraya, existe un expediente abierto.
«El tema de la directiva europea es lamentable», señala Barros, que apunta que nadie se ha preocupado de exigirla y achaca a un problema «burocrático» esta «dejadez administrativa»: «Al final, el transponer una ley es nada más que pasar los artículos europeos a la realidad española acompañada de un plan antiradón», explica, asegurando que el problema de fondo es que «nadie se ha querido hacer cargo de la inspección», eludiendo cualquier ministerio la responsabilidad.
Desde THE OBJECTIVE nos hemos puesto en contacto con los ministerios de Sanidad, Transición Ecológica y Trabajo y a la hora de publicación de este artículo ninguno ha asumido responsabilidad alguna ni han sabido responder en qué punto se encuentra dicho traspaso de normativa.
De esta forma, el experto critica que ante esta falta de responsabilidades administrativas son las consejerías de Industria de cada comunidad las que han tenido que elaborar y publicar sus propias guías ante la ausencia de un Plan Nacional. «Esto es un ‘yo me lo guiso, yo me lo como’. Con qué cara una consejería de Industria le dice a la de Presidencia o Educación, por ejemplo, que tiene que hacer una inversión de miles de euros porque tienen el randón por las nubes», se pregunta, y agrega: «Nunca nos creímos eso, porque creemos que ni se mira».
Mapa de radón en España
Todos los edificios contienen radón en concentraciones habitualmente bajas. Según recomienda la OMS, lo aconsejable es la vivienda no supere los 100 bq/m3, aunque la normativa europea lo fija en los 300 bq/ms. No obstante, existen zonas geográficas en las que, debido a su geología, es más probable encontrar edificios con niveles elevados.
La cartografía del potencial de radón de España, desarrollada por el Consejo de Seguridad Nuclear, categoriza las zonas del territorio estatal en función de sus niveles de radón y, en particular, identifica aquellas en las que un porcentaje significativo de los edificios residenciales presenta concentraciones superiores a 300 Bq/m3.
En superficie, estas zonas representan el 17% del territorio nacional. Por comunidad autónoma, los porcentajes de superficie afectada son: Andalucía, 8%; Aragón 2%; Asturias, 12%; Canarias, 19%; Castilla y León, 19%; Castilla-La Mancha, 10%; Cataluña, 16%; Ceuta, 11%; Extremadura, 47%; Galicia, 70%; Madrid; 36%; Murcia, 1%; Navarra, 6%; País Vasco 2%.
De esta forma, habrá que confiar en el nuevo Plan de Salud y Medio Ambiente, que será presentado en breve por el Gobierno y que, por primera vez, asume que la salud de los ciudadanos depende ya de curar antes al planeta.