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Desarrollan un medicamento que reduce la obesidad de manera eficiente y sin cirugía

El tratamiento de la tirzepatida, primera alternativa farmacológica a la cirugía bariátrica, reduce la sensación del apetito y regula la acumulación de grasa en el cuerpo.

Desarrollan un medicamento que reduce la obesidad de manera eficiente y sin cirugía

La obesidad afecta al 18% de la población adulta en España. | Unsplash

La posibilidad de perder peso a través de un fármaco podría llevar al fin de las cirugías en casos de obesidad. Todo ello gracias a un tratamiento de tirzepatida, medicamento que ha conseguido una reducción de peso superior al 20% en la mayoría de los pacientes y superior al 25% en más de un tercio. Así, se ha convertido en la primera alternativa farmacológica a la cirugía bariátrica.

Sin embargo, a pesar de la relevancia del descubrimiento, lo cierto es que este fármaco no llegará a ser cubierto, al menos por ahora, por la sanidad pública como método para perder peso. Esto se debe a que en España la obesidad no está reconocida como enfermedad crónica, según ha denunciado la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO).

Desde el terreno sanitario celebran los logros del fármaco. En este sentido, Andreea Ciudin, coordinadora de la unidad de obesidad del hospital Vall d’Hebron en Barcelona y miembro de la junta directiva de la SEEDO, asegura que se trata de la primera vez que se puede conseguir un resultado similar al de una cirugíareducir hasta el 20% del peso de los pacientes – tan solo con el efecto de un medicamento.

Un estudio internacional con más de 2.500 voluntarios

La eficacia y la seguridad de la tirzepatida para el tratamiento se han evaluado a través de un estudio internacional en el que han participado un total de 2.539 voluntarios. Hasta el momento, se trata de un ensayo clínico de fase 3, el último paso que exigen las agencias de medicamentos antes de autorizar un fármaco. La tirzepatida ya está aprobada en Europa y Estados Unidos para el tratamiento de la diabetes tipo 2, pero todavía no ha sido empleada para hacer frente a la obesidad.

Los voluntarios, de los que un 67% eran mujeres, tenían una media de edad de 45 años y un peso medio de 104 kilos. Asimismo, el estudio incluía desde personas con sobrepeso moderado –con un índice de masa corporal inferior a 30 – hasta personas con obesidad mórbida (con un IMC superior a 40).

Pérdida de un 21% del peso con una inyección semanal

Los resultados, que han sido presentados en la revista The New England Journal of Medicine, indican que tan solo con una inyección semanal de 15 miligramos de tirzepatida durante 72 semanas se puede conseguir una pérdida de peso media del 21%, el equivalente a bajar el peso medio de los participantes de 104 a 82 kilos.

Así, el 91% de los participantes perdieron más de un 5% de su peso; un 83% perdieron más de un 10%; y un 57%, más de un 20%, reduciendo considerablemente su Índice de Masa Corporal. Los efectos secundarios fueron, en su mayoría, leves y transitorios. Los más comunes fueron náuseas (que afectaron al 31% de participantes en las primeras semanas de tratamiento) y diarrea (al 23%).

El tratamiento de la tirzepatida cuenta con una acción doble contra la obesidad. De ahí la explicación de sus buenos resultados. Así, por un lado, activa el péptido GLP-1 que reduce la sensación del apetito, como ya hacían otros tratamientos y, por otro lado, activa el péptido GIP que, según se cree, regula la acumulación de grasa en el cuerpo.

Tal y como explica Ciudin, que participa en otro ensayo clínico de este fármaco, el tratamiento de la tirzepatida no tiene por qué ser crónico. De esta manera señala que se puede administrar el tratamiento durante un año hasta estabilizar la pérdida de peso y después retirarlo con el objetivo de mantener el peso que se ha conseguido.

Actuar antes de que aparezcan las complicaciones de la obesidad

El tratamiento con tirzepatida puede evitar tener que recurrir a la cirugía bariátrica.
El tratamiento con tirzepatida puede evitar tener que recurrir a la cirugía bariátrica. Foto: Isabel Infantes.

Cuando el fármaco esté aprobado para perder peso en Europa, lo ideal sería ofrecerlo a todas las personas obesas, que en España son el 18% de la población adulta, ya que actuar antes puede evitar que aparezcan las complicaciones de la obesidad. Sin embargo, para ello sería conveniente que la sanidad pública cubriera los tratamientos farmacológicos de la obesidad. En este sentido, la investigadora de Vall d´Ebron tacha de «absurdo» que los servicios públicos cubran la cirugía bariátrica y no los tratamientos que pueden evitar tener que recurrir a la cirugía.

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