Los expertos descartan una crisis del fentanilo en España: su prescripción está controlada
El mercado negro de este opiáceo en nuestro país es «inexistente». En EEUU está provocando 2.000 muertes semanales
El fentanilo, un potente fármaco opiáceo sintético utilizado como analgésico y apodado en Estados Unidos como la ‘droga zombi’, es usado en España en una veintena de medicamentos para tratar el dolor oncológico y grandes traumatologías desde hace más de 50 años. Sin embargo, con un uso muy restringido y con dosis muy medidas, los expertos consultados aseguran que su indicación en España es «bien clara» y no se puede comparar las realidades de Estados Unidos, donde este analgésico está provocando 2.000 muertes semanales, con la de nuestro país, donde el mercado negro de este medicamento es «inexistente».
Según el estudio el Estado Actual de los medicamentos con fentanilo en España, llevado a cabo por el Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Sevilla, el fentanilo está disponible en España en varias formas farmacéuticas para distintas vías de administración. En concreto, según recoge el informe, 25 medicamentos contienen fentanilo en 115 presentaciones diferentes en función de la dosis. Los más extendidos son los parches transdérmicos, de liberación controlada, que conforman el 55% del total de medicamentos con fentanilo en España, como Fentanilo Matrix Cinfa, Fentanilo Matrix Sandoz, Doloxital o Durogesic. Este último es el segundo producto con mayor mercado (en 2022 se vendieron 21 millones a Precio de Venta de Laboratorio), según datos facilitados a THE OBJECTIVE por el Observatorio del Medicamento de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles (FEFE).
El 45% restante corresponde a las formas de liberación inmediata (transmucosa), entre los que se encuentran los comprimidos sublinguales, como Abstral, para chupar (Actiq), con película bucal (Breakyl), las soluciones nasales (Pecfent) o una solución inyectable (Fentanest). El total del mercado de fentanilo, que es entre 50 y 100 veces más potente que la morfina, ronda los 45 millones de euros a PVL.
Fentanilo, tercer opioide más utilizado
«El fentanilo no se está usando para cualquier cosa, se está usando para cáncer y dolores realmente insoportables», cuenta a THE OBJECTIVE el Dr. Enrique Granda, director del Observatorio de FEFE, que asegura que «el sistema que tenemos de control de estupefacientes es históricamente bueno y no hay un abuso. Lo que hay es un uso mucho mayor que en otros tiempos en los que prácticamente se dejaba a la gente con dolores insoportables».
La codeína y el tramadol son los analgésicos opioides que presentan una mayor prevalencia de consumo entre la población de 15 a 64 años. Si bien, en ambos casos ha disminuido su consumo en favor del fentanilo y otros opioides, según la última Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España, Edades 2022, del Ministerio de Sanidad, que refleja como el fentanilo se ha convertido en el tercer opioide más utilizado (14%), por delante de la morfina (6,9%) y por detrás de la codeína (59,9%) y el tramadol (46%).
El informe también muestra un incremento notable de su consumo. Si en 2018 el 1,8% de la población había consumido este opiáceo, en 2020 subió al 3,6% y en 2022 se disparó al 14%. En este sentido se pronuncia a este medio Juan Pedro Risquez, vicepresidente del Consejo General de Colegios Farmacéuticos, que explica este aumento, por una parte, por el incremento «normal» que está teniendo el consumo de medicamentos en España y, por otra, por las diferentes presentaciones farmacológicas que se están haciendo del fentanilo y «que ayudan a tratar al paciente oncológico así como a otros pacientes con dolores severos».
En este sentido, ambos expertos desmienten la presunta llegada del fentanilo en el mercado de drogas ilegales de España y hacen hincapié en que este potente fármaco opiáceo –del cual se dice que con solo tres miligramos puede tumbar a un elefante– «está muy vigilado y muy controlado», tanto desde desde la Agencia Española del Medicamento hasta la dispensación a través de la farmacia comunitaria. «El farmacéutico tiene que anotar cada dispensación de este tipo en lo que se conoce como Libro de Estupefacientes, donde quedan reflejados todos los datos del paciente, como domicilio y DNI», explica Risquez.
«Lo que está claro es que el peligro del fentanilo no está en el fármaco mismo, sino en cómo se usa éste. Por eso es fundamental la correcta formación de los profesionales sanitarios y los pacientes en el uso correcto de estos medicamentos. Así, como saber detectar en los pacientes, mediante escalas, el riesgo de abuso de opioides que presentan y que podrían provocar la adicción», concluyen de igual forma el estudio.