Un estudio de Standford revela que podría existir una proteína que acabe con la celiaquía
Han descubierto que la proteína ERp57 puede desactivar la enzima TG2, la que provoca la alergia
La celiaquía es una realidad que afecta a millones de europeos. Según la FACE, alrededor de 1% de la población europea convive con esta enfermedad sin saberlo. Imaginemos el impacto que tendría descubrir que una molestia constante tiene una causa y una solución. Este nuevo hallazgo podría cambiar radicalmente la vida de miles de personas, permitiéndoles llevar una vida más saludable y feliz.
Cuando una persona con celiaquía ingiere gluten, su sistema inmunitario reacciona de manera exagerada, dañando las vellosidades intestinales y dificultando la absorción de nutrientes. Esta respuesta inmunitaria está desencadenada por una proteína específica.
Los científicos están investigando la posibilidad de inhibir la acción de esta proteína, lo que podría prevenir el daño intestinal y los síntomas asociados a la celiaquía. Esta nueva estrategia terapéutica representa un gran avance en el tratamiento de esta enfermedad y podría ofrecer una solución duradera para millones de personas que sufren sus consecuencias.
La posible solución
La celiaquía, una enfermedad autoinmune desencadenada por el gluten, podría tener sus días contados. Investigadores han descubierto que la proteína ERp57 es capaz de desactivar la enzima TG2, la principal responsable de desencadenar la reacción alérgica al gluten en personas celíacas. Esta enzima modifica las proteínas del gluten, haciéndolas tóxicas para quienes padecen esta enfermedad.
Al inhibir la TG2, la proteína ERp57 podría prevenir la reacción inflamatoria en el intestino delgado y permitir que los celíacos consuman alimentos con gluten sin sufrir las consecuencias. Este avance científico abre la puerta a nuevas opciones terapéuticas y podría significar el fin de las dietas sin gluten restrictivas para millones de personas en todo el mundo.
Pero esto no es todo. Otro estudio, publicado en la revista Gastroenterology, ha demostrado que es posible reprogramar el sistema inmunológico para que tolere el gluten. Al instruir a los linfocitos T para que reconozcan el gluten como una sustancia inofensiva, se podría lograr una tolerancia inmunológica a esta proteína.
Estos hallazgos son muy prometedores y ofrecen una esperanza real para los celíacos. La investigación en este campo avanza a pasos agigantados, y es solo cuestión de tiempo antes de que podamos disponer de tratamientos efectivos para esta enfermedad.
¿Qué no puede comer un celíaco?
Una persona con celiaquía debe evitar estrictamente los alimentos que contengan gluten. El gluten es una proteína presente en algunos cereales como el trigo, la cebada, el centeno y el triticale. Cuando una persona celíaca consume gluten, su sistema inmunológico reacciona dañando las vellosidades del intestino delgado, lo que impide la absorción adecuada de nutrientes.
Alimentos que contienen gluten y deben evitarse
- Cereales: trigo, cebada, centeno, triticale, espelta.
- Productos derivados: harinas, sémola, almidón, malteada, etc.
- Pan: todo tipo de pan, incluidos los integrales y sin levadura.
- Pastas: spaghetti, macarrones, fideos, etc.
- Galletas, bizcochos y bollería: cookies, galletas saladas, tortas, etc.
- Cereales de desayuno: salvado, muesli, copos, etc.
- Productos procesados: muchos alimentos procesados contienen gluten como espesante o estabilizante. Por ejemplo, salsas, sopas preparadas, embutidos, algunos productos lácteos, etc.
- Cerveza: la mayoría de las cervezas contienen cebada.
¿Cómo comienza la celiaquía?
Cuando una persona con celiaquía consume gluten, su sistema inmunológico lo identifica como una amenaza y ataca las vellosidades intestinales. Estas vellosidades son pequeñas proyecciones en forma de dedos que recubren el intestino delgado y son esenciales para la absorción de nutrientes. Al dañarse, se produce una malabsorción, lo que significa que el cuerpo no puede absorber adecuadamente los nutrientes de los alimentos.
Consecuencias de la reacción al gluten
Al dañarse las vellosidades intestinales, se produce una malabsorción, lo que significa que el cuerpo no puede absorber adecuadamente los nutrientes de los alimentos. Esto puede llevar a una variedad de problemas de salud, como:
- Problemas digestivos: diarrea crónica, estreñimiento, dolor abdominal, hinchazón, gases, náuseas y vómitos.
- Problemas nutricionales: deficiencias de hierro, calcio, vitaminas y otros nutrientes esenciales.
- Otros problemas de salud: osteoporosis, anemia, retraso en el crecimiento en niños, erupciones cutáneas, dolores de cabeza, depresión y problemas de fertilidad.
Clasificación de la celiaquía
Existen diferentes formas de clasificar la celiaquía, pero una de las más utilizadas se basa en los síntomas y la gravedad de las lesiones intestinales:
- Celiaquía clásica o sintomática: es la forma más común y fácil de diagnosticar. Los síntomas son claros y evidentes, como diarrea, dolor abdominal, pérdida de peso y retraso en el crecimiento en niños.
- Celiaquía no clásica o atípica: en este tipo, los síntomas son menos específicos y pueden confundirse con otras enfermedades. Pueden incluir fatiga, anemia, osteoporosis, problemas de fertilidad, dolores de cabeza o erupciones cutáneas.
- Celiaquía potencial: personas que tienen los anticuerpos característicos de la celiaquía pero no presentan daño en las vellosidades intestinales.
- Celiaquía latente: individuos que han tenido síntomas de celiaquía en el pasado y que, tras seguir una dieta sin gluten, han mejorado, pero aún presentan algunos anticuerpos positivos.