Pablo Sánchez, premio Princesa de Girona Social por salvar a 4.000 bebés prematuros
Mientras una incubadora tradicional puede costar hasta 35.000 euros, la suya funciona con una inversión de apenas 350 euros

El fundador de la ONG Medicina Abierta al Mundo, Pablo Sánchez Bergasa, durante la entrega de los Premios Princesa de Girona 2025. | Lorena Sopêna / Europa Press
Pablo Sánchez Bergasa ha sido reconocido con el Premio Princesa de Girona Social 2025 por una razón tan poderosa como sencilla: su trabajo ha contribuido a salvar la vida de más de 4.000 bebés prematuros en todo el mundo. Ingeniero y emprendedor social, ha demostrado que la tecnología, cuando se pone al servicio de los demás, puede convertirse en una herramienta para transformar realidades.
Con formación en Ingeniería en Tecnologías Industriales y un máster en Sistemas Eléctricos de Comunicación e Información, desde el inicio tuvo claro que quería aplicar su conocimiento a resolver problemas reales.
Cada año nacen en el mundo alrededor de 13,4 millones de bebés prematuros, y cerca de un millón muere por complicaciones que, en muchos casos, podrían prevenirse con acceso a cuidados adecuados. Según la Organización Mundial de la Salud y UNICEF, estas muertes representan más del 20 % de la mortalidad infantil menor de cinco años, y reflejan una desigualdad profunda: mientras que en países de altos ingresos más del 90 % de estos bebés sobreviven, en entornos con menos recursos ocurre justo lo contrario. En este contexto, soluciones accesibles, sostenibles y adaptadas como la de Bergasa marcan una diferencia real.
Incubadoras por 350 euros
Pablo Sánchez es fundador y director de Medicina Abierta al Mundo, la ONG desde la que lidera el desarrollo de in3ator, una incubadora neonatal de bajo coste pensada para hospitales sin acceso a equipos médicos convencionales. Mientras que una incubadora tradicional puede costar hasta 35.000 euros, la suya funciona con una inversión de apenas 350 euros. Esta alternativa ya se ha instalado en más de 220 centros de 30 países —como Ucrania, Nepal, países de Latinoamérica y el África subsahariana— y ha contribuido a salvar la vida de miles de recién nacidos.
Pero su enfoque no se queda ahí: las incubadoras son fabricadas en colaboración con alumnado y profesorado de centros de FP de Salesianos, lo que no solo reduce costes, sino que también fomenta la involucración comunitaria y el traslado a otros jóvenes del valor de trabajar en una causa que trasciende fronteras. Además, para el traslado a todos estos países ha contado con la ONG Ayuda Contenedores, el Cluster SOS Ucrania y otras ONGs colaboradoras.
Distintos contextos
Con más de 30.000 horas de funcionamiento acumuladas y un diseño de código abierto, in3ator ha sido replicado y adaptado en distintos contextos, lo que permite escalar su impacto sin generar dependencia. Bergasa ha demostrado que la innovación puede ser generosa, accesible y profundamente humana. Su trayectoria es un ejemplo de cómo la ingeniería, cuando se combina con compromiso social, propósito y colaboración, tiene el poder de transformar vidas.
Durante la ceremonia, Pablo insistió en que no es necesario hacer algo gigantesco para marcar la diferencia. Basta con actuar desde la consciencia y el compromiso. Y animó a los jóvenes a dar el primer paso: «Descubran su propósito, porque es ahí donde realmente comienza todo»