El calor extremo podría estar detrás de hasta 1.500 muertes de mayores solo en junio y julio
Los datos del MoMo apuntan a uno de los veranos más mortíferos por altas temperaturas desde que hay registros

Un joven se refresca en una fuente para soportar las altas temperaturas. | Europa Press
Este lunes un hombre de 85 años, residente en la localidad pacense de Torremayor, perdía la vida debido a las elevadas temperaturas registradas en la zona. En lo que llevamos de verano (julio-julio), 1.467 personas han fallecido como consecuencia de las altas temperaturas. Esto supone un 107% más que en 2024, cuando 706 personas murieron en el mismo periodo como consecuencia del calor. En junio, el más caluroso desde que hay registros, fueron más de 400; y en julio, 1.060, según estimaciones del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). La mayoría son personas muy mayores e incluye sobre todo gente con patologías previas.
Estos datos hay que tomarlos con cautela, ya que el MoMo detecta excesos de mortalidad, y cuando estos coinciden con olas de calor, se interpreta que hay una sobre-mortalidad atribuible al calor. No es un conteo clínico directo, sino una estimación basada en desviaciones estadísticas del patrón esperado. Otros cálculos dan datos mucho más elevados.
Por ejemplo, la aplicación Mace, que tiene otra metodología para calcular las muertes por calor, eleva las muertes por altas temperaturas a 9.834 en los meses de junio y julio. Y es que junio, según la Aemet, se convirtió en el junio más cálido jamás registrado desde 1961, con una temperatura media de 23,7 °C, es decir, +3,6 °C por encima del valor promedio del periodo 1991–2020. Y julio cerró con una media de 23,8 °C, es decir, 0,7 °C por encima de lo normal.
Además, agosto comenzó con una ola de calor intensa desde el día 3 con 1.316 municipios en alto riesgo para la salud, según la Aemet ; con lo cual, desde la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) recomiendan «beber mucho líquido, aunque no se tenga sed, realizar comidas ligeras y frescas, irse aclimatando paulatinamente al calor, no hacer ejercicio en las horas calurosas, no permanecer en automóviles cerrados y procurar refrescar la casa».
Aunque las muertes por golpes de calor son muy infrecuentes y detrás de la mayoría de estos fallecimientos suele haber enfermedades subyacentes, el Dr. Antonio Zapatero, jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario de Fuenlabrada, explica a THE OBJECTIVE que hay que prestar especial atención a los golpes de calor. El doctor Zapatero indica que hay dos tipos de golpe de calor: el golpe de calor sin esfuerzo (clásico) y el golpe de calor por esfuerzo.
«El golpe de calor sin esfuerzo afecta a personas con predisposición fisiológica o anatómica, o con afecciones médicas crónicas subyacentes que alteran la termorregulación, impiden la salida de un ambiente caluroso o interfieren con el acceso a la hidratación o los intentos de enfriamiento», indica el experto, que agrega que, por su parte, el golpe de calor por esfuerzo «generalmente se presenta en personas jóvenes, por lo demás sanas, que realizan ejercicio intenso durante periodos de temperatura y humedad ambiente elevadas. Los pacientes típicos son atletas y reclutas militares en entrenamiento básico».
7.278 muertes por calor en cinco años
En los últimos cinco años, solo los meses de junio y julio de 2022 registran más muertes por calor que las cifras presentadas este año, según el MoMo: 2020 (632), 2021 (600), 2022 (3.045), 2023 (828), 2024 (706) y 2025 (1.467). De esta forma, a falta aún por saber el número de fallecimientos por altas temperaturas en el mes de agosto, se prevé que este verano sea uno de los más mortíferos por calor desde que existen registros, confirmando una tendencia al alza en la mortalidad asociada a las olas de calor en España.
El Dr. Zapatero avisa que, además de una temperatura corporal central elevada –superior a los 40,5º–, hay que prestar atención a los siguientes síntomas que nos pueden avisar de que algo va mal. Así, entre las anomalías comunes de los signos vitales en el golpe de calor sin esfuerzo, el doctor destaca: «taquicardia, taquipnea, aumento de la presión arterial e hipotensión. Y también pueden presentar cefalea, debilidad, letargo, náuseas o mareos». No obstante, avisa que la presentación en adultos mayores con golpe de calor puede ser sutil e inespecífica al inicio de la enfermedad.
«Los signos de disfunción neurológica pueden incluir alteración mental, dificultad para hablar, irritabilidad, comportamiento inapropiado, agitación, ataxia y otros signos de coordinación deficiente, delirio, convulsiones y coma. La piel suele estar caliente, seca y enrojecida, pero puede estar húmeda dependiendo de las afecciones médicas subyacentes, la velocidad de desarrollo del golpe de calor y el estado de hidratación», agrega el jefe de Medicina Interna del Hospital Universitario de Fuenlabrada.
En lo que va de año (enero-julio), 3.256 han fallecido por causas atribuibles a temperaturas extremas (frío o calor), siendo enero, el mes que más número de muertes ha registrado (1.334).