La gestora del hospital de Torrejón ordenó reutilizar material sanitario de un solo uso
Entre esos materiales están los catéteres empleados en procedimientos de electrofisiología, claves para tratar arritmias

El Hospital de Torrejón. | EP
Los planes de Ribera Salud, que gestiona el Hospital de Torrejón, para aumentar sus beneficios incluía rechazar a ciertos pacientes, Ahora, según El País, también se ha conocido que contenía órdenes para reutilizar material sanitario de un solo uso, aunque el grupo niega que esta práctica se realice.
El consejero delegado del grupo sanitario Ribera, Pablo Gallart, presentó el pasado jueves su dimisión tras la publicación de unos audios en los que pedía aumentar las listas de espera de este hospital público de gestión privada para incrementar los beneficios de la empresa «unos cuatro o cinco millones».
En concreto, los tres responsables de la dirección asistencial del grupo y la gerente del Hospital de Torrejón advirtieron de las órdenes de Gallart de rechazar pacientes y prolongar las listas de espera, lo que implicaba una «vulneración de los derechos de los pacientes» y una «mala praxis asistencial».
También se denunciaron instrucciones para reutilizar material diseñado para un solo uso. Entre ellos, catéteres empleados en procedimientos de electrofisiología, fundamentales en cardiología intervencionista para diagnosticar y tratar arritmias, que pueden llegar a costar más de 2.000 euros. Se trata de un dispositivo formado por tubos muy finos y flexibles, con electrodos en el extremo, que se introduce por una vena o arteria hasta el corazón para analizar su actividad eléctrica desde el interior.
Este tipo de material solo puede se puede reutilizar en hospitales si su reprocesamiento —incluida la limpieza, desinfección y todas las fases necesarias para volver a usarlo— lo lleva a cabo un fabricante autorizado que cumpla los requisitos establecidos en el Real Decreto 192/2023.
Las indicaciones recibidas por el personal del Hospital de Torrejón, fueron que esterilizaran estos dispositivos tras cada uso, hasta un máximo de diez veces y siempre que su estado lo permita. Estas pautas se comunicaron dos semanas después de una reunión en la que Gallart instó a sus subordinados a usar la «imaginación» para «identificar qué procesos no son contributivos para el EBITDA (beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de la sociedad».
En las denuncias presentadas a través del canal ético del grupo Ribera, los directivos despedidos alertaban de las «malas praxis» que podían comprometer la «salud de los pacientes». El director médico de Ribera Salud se despidió en un correo de una veintena de personas asegurando que no podía «ceder a la amenaza» de los directivos para hacer prácticas peligrosas a los usuarios del hospital.
