Francia aprueba la restauración de Notre Dame para que esté lista antes de París 2024
El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha marcado como objetivo reconstruir la catedral en un plazo de cinco años
Tres meses después del incendio de la catedral de Notre Dame en París el parlamento francés ha aprobado este martes un proyecto de ley sobre las obras de restauración, que deberán concluir en un plazo de cinco años. El objetivo es «brindar a Notre Dame una restauración que esté a la altura del puesto que ocupa en el corazón de los franceses y en el mundo entero», ha declarado el ministro francés de Cultura, Franck Riester.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha marcado como objetivo reconstruir la catedral en el plazo mencionado, justo a tiempo para los Juegos Olímpicos de París de 2024. Un objetivo irrealizable, según varios parlamentarios.
El texto, que ha sido aprobado por 91 votos a favor, 8 en contra y 33 abstenciones, tiene como objetivo organizar y controlar la colecta y el uso de las donaciones que han llegado de todo el mundo y coordinar las delicadas obras de reconstrucción.
El proyecto ha previsto una exención fiscal excepcional del 75% para los particulares que donen hasta 1.000 euros, en lugar del 66%, y la creación de una suscripción nacional para recibir los más de 850 millones de euros de donaciones prometidos tanto por empresas como particulares.
No obstante, el ministro ha llamado a la prudencia entre aquellos que dicen que el monto excedería el coste de la reconstrucción. «Apenas se han concretado un poco más del 10% de las promesas de donaciones» y «el coste de las obras aún no ha sido establecido», ha recalcado. Asimismo, el texto ha previsto encargar a un establecimiento público, bajo la supervisión del ministro de Cultura, la supervisión de las obras, con la ayuda de un consejo científico.
Sin embargo, una parte de la oposición ha denunciado un texto realizado de forma «precipitada» que ha introducido «derogaciones inaceptables» a las reglas sobre patrimonio, urbanismo y medioambiente para acelerar los trabajos. Algunos parlamentarios, preocupados por las declaraciones de Macron, que ha dicho estar a favor de dar un «gesto arquitectónico contemporáneo» a la mítica aguja de la catedral –que se derrumbó en el incendio junto al techo–, exigen que sea construida como la original.
Sin embargo y por el momento, las obras se han limitado a limpiar y consolidar la estructura, un trabajo que se ha complicado por la presencia de plomo tóxico que se derritió durante el incendio y que se ha extendido por todas partes.
La prefectura de policía de París ha alertado sobre «la presencia puntual muy significativa» de polvo de plomo en la plaza de la catedral y las calles aledañas, que actualmente están prohibidas al público. Escépticos, representantes electos de partidos de izquierda en el Consejo de París han exigido que se establezca un mapa de los índices de contaminación de este metal observados alrededor del monumento.
