Las negociaciones políticas se han intensificado el domingo en Israel, a pocos días de que expire un plazo clave para la formación de un Gobierno de coalición, que podría marcar el fin de la era de Benjamin Netanyahu.
Lo más importante: después del final el 21 de mayo del reciente conflicto entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamás, el jefe de la oposición, Yair Lapid, ha intensificado las negociaciones con los demás partidos para intentar formar un nuevo gobierno tras las elecciones de marzo.
El encargo para formar Gobierno, que el presidente israelí, Reuven Rivlin, le concedió a principios de mayo, estará vigente hasta el miércoles 2 de junio a las 23:59 (hora local).
Al frente de la formación centrista Yesh Atid (Hay un futuro), a Lapid se le ha encargado la tarea tras el fracaso para lograr una mayoría del primer ministro saliente, Benjamin Netanyahu, que se enfrenta a un juicio por corrupción, fraude y abuso de confianza.
Tras semanas marcadas por 11 días de enfrentamientos entre Hamás, en el poder en Gaza, y el ejército israelí, por las tensiones en Jerusalén Este y los choques en ciudades «mixtas» de Israel, la idea de un «Gobierno de unión nacional» vuelve a la palestra.
«Llegó el momento para un nuevo gobierno (…) Se trata de una oportunidad histórica para romper las barreras que dividen a la sociedad israelí, para unir a los religiosos y los laicos, la izquierda, la derecha y el centro», dijo Lapid a mediados de mayo.
Para conseguir ese Gobierno de unión, Lapid debe conseguir el apoyo de 61 de los 120 diputados de la Knéset, el parlamento israelí. El líder opositor cuenta con el apoyo de la izquierda, del centro y de dos formaciones de derecha, que suman en total 51 diputados. En la recta final, debe convencer a la formación de derecha radical Yamina, de Naftali Bennett (7 escaños), y a los diputados árabes.
Netanyahu ha urgido este domingo en Twitter a Bennett, que debe congregar a sus filas, y a Gideon Saar, jefe de un pequeño partido de derecha, a reunirse «inmediatamente» para discutir de una coalición. «Estamos en un momento crucial para la seguridad y el futuro del Estado de Israel», ha asegurado el jefe del Ejecutivo, que ha propuesto a los dos líderes alternar en el cargo de primer ministro: primero Saar, después Netanyahu y, finalmente, Bennett.
כל ראשי סיעות הימין ואני מזמינים את גדעון סער ונפתלי בנט – בואו עכשיו לפגישה שתאפשר הקמת ממשלת ימין טובה למדינת ישראל. pic.twitter.com/nyFpprfjcD
— Benjamin Netanyahu (@netanyahu) May 30, 2021
Un acuerdo entre Lapid y Bennett empujaría a la salida a Netanyahu, el primer ministro más longevo del país tras pasar 15 años en el poder y el primero en enfrentar cargos penales durante su mandato.
El diario gratuito de derecha Israel Hayom ha denunciado un intento de golpe para poner fin a la era Netanyahu, apoyado por «representantes de Hamás», en una referencia velada a la formación árabe israelí Raam (islamista) de Mansur Abas (4 diputados), que podría apoyar la coalición de Lapid.
Tras cuatro elecciones en menos de dos años sin mayorías claras, la oposición está «más cerca que nunca» de expulsar a Netanyahu del poder, estima Gayil Talshir, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Hebrea de Jerusalén. «Netanyahu se encuentra en una situación desesperada», dice.
Si el campo anti-Netanyahu no consigue formar un Gobierno, 61 diputados podrán pedir al presidente que designe, para un último intento, a un parlamentario de su elección, que podría ser Netanyahu, Lapid, Bennett u otro. Si esta opción también fracasa, la Knéset se disolvería y el país celebraría sus quintas elecciones en poco más de dos años.