Miles de emigrantes quedan atrapados en la frontera entre Colombia y Panamá en su ruta hacia Estados Unidos
El cierre de la frontera panameña ha dejado a miles de personas a la espera de continuar su viaje hacia el norte, quedando inmovilizados en Turbo, una localidad en el norte de Colombia que iba a ser su última parada antes de entrar a Panamá. Además de personas provenientes de diferentes países de América Latina, a los cientos de migrantes que utilizan la ruta, se ha unido una gran oleada de inmigrantes de Cuba, así como de África y Asia. Los migrantes denuncian que son engañados por coyotes (individuos que prometen ayudarles a cruzar las fronteras de forma ilegal a cambio de dinero), muchos de ellos llevan meses viajando por tierra en su intento de llegar a Estados Unidos y la mayoría vendieron todas sus pertenencias para emprender la ruta. Ante el cierre del cruce entre Colombia y Panamá, los emigrantes no pueden seguir su camino hacia adelante ni tampoco podrían volver a casa. Por este motivo, muchos están tratando de entrar en Panamá a través de la selva de Darién, uno de los tramos más inhóspitos de la región cuyo arduo recorrido tarda días en finalizarse.
Miles de refugiados y emigrantes provenientes de Cuba, Haití y hasta de lejanos países de África y Asia permanecen atrapados en la frontera entre Colombia y Panamá, esperando el momento en el que puedan continuar su ruta por tierra hacia Estados Unidos en busca de una vida mejor. Ante el creciente número de emigrantes que traspasaban la frontera, el Presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, selló el paso a Colombia el pasado mes de mayo.
El cierre de la frontera panameña ha dejado a miles de personas a la espera de continuar su viaje hacia el norte, quedando inmovilizados en Turbo, una localidad en el norte de Colombia que iba a ser su última parada antes de entrar a Panamá. Además de personas provenientes de diferentes países de América Latina, a los cientos de migrantes que utilizan la ruta, se ha unido una gran oleada de inmigrantes de Cuba, así como de África y Asia. Los migrantes denuncian que son engañados por coyotes (individuos que prometen ayudarles a cruzar las fronteras de forma ilegal a cambio de dinero), muchos de ellos llevan meses viajando por tierra en su intento de llegar a Estados Unidos y la mayoría vendieron todas sus pertenencias para emprender la ruta. Ante el cierre del cruce entre Colombia y Panamá, los emigrantes no pueden seguir su camino hacia adelante ni tampoco podrían volver a casa. Por este motivo, muchos están tratando de entrar en Panamá a través de la selva de Darién, uno de los tramos más inhóspitos de la región cuyo arduo recorrido tarda días en finalizarse.