Comer queso te puede salvar la vida
«El cuerpo humano puede estar en perfecto estado de salud con un consumo de alimentos grasos como fuente de energía principal», apunta Simon Dankel, director del estudio. Unas 40 personas participaron en la investigación. La mitad recibió una estricta dieta baja en grasa y alta en carbohidratos, mientras que en la otra mitad consumía menos hidratos y se duplicó su ingesta en grasas saturadas. «Hemos hecho hincapié especialmente en grasas lácteas», apunta Dankel, quien añade que la dieta no incluía grasas procesadas que se encuentran en la comida basura. Ambos grupos también comieron mucha verdura y su ingesta de alimentos no superaba las 2.100 calorías al día. Al final del experimento, ambos grupos habían perdido una media de 12 kilos, disminuyendo el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la hipertensión y la diabetes. «No es la grasa de por sí la que produce una respuesta negativa de la salud», concluye Simon Dankel.
Los alimentos grasos tales como queso, mantequilla y cremas son a menudo considerados culpables de enfermedades del corazón, sin embargo, de acuerdo a un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Bergen, en Noruega, una dieta alta en grasas saturadas podría aportar beneficios significativos para la salud.
«El cuerpo humano puede estar en perfecto estado de salud con un consumo de alimentos grasos como fuente de energía principal», apunta Simon Dankel, director del estudio. Unas 40 personas participaron en la investigación. La mitad recibió una estricta dieta baja en grasa y alta en carbohidratos, mientras que en la otra mitad consumía menos hidratos y se duplicó su ingesta en grasas saturadas. «Hemos hecho hincapié especialmente en grasas lácteas», apunta Dankel, quien añade que la dieta no incluía grasas procesadas que se encuentran en la comida basura. Ambos grupos también comieron mucha verdura y su ingesta de alimentos no superaba las 2.100 calorías al día. Al final del experimento, ambos grupos habían perdido una media de 12 kilos, disminuyendo el riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la hipertensión y la diabetes. «No es la grasa de por sí la que produce una respuesta negativa de la salud», concluye Simon Dankel.