Científicos españoles descubren el primer fármaco protector del riñón
Un grupo de investigadores españoles ha descubierto que una molécula completamente inocua, la cilastatina, es capaz de proteger el riñón «en más de un 80% de los casos frente a la toxicidad de fármacos ampliamente utilizados en el tratamiento de ciertos cánceres, trasplantes o infecciones.
Un grupo de investigadores españoles ha descubierto que una molécula completamente inocua, la cilastatina, es capaz de proteger el riñón «en más de un 80% de los casos frente a la toxicidad de fármacos ampliamente utilizados en el tratamiento de ciertos cánceres, trasplantes o infecciones», según han informado los miembros del equipos de investigadores del Hospital Gregorio Marañón durante la presentación este miércoles de los resultados de sus trabajos.
La celastinina, el primer nefroprotector desarrollado en el mundo, podrá usarse ya en los primeros ensayos clínicos a partir del año que viene, han explicado los miembros del equipo de investigadores del Laboratorio de Fisiopatología del centro sanitario, compuesto, entre otros, por Alberto Tejedor, Alberto Lázaro, Mari Ángeles González-Nicolás, Sonia Camaño y Blanca Humanes.
El fracaso renal agudo, una de las epidemias del siglo XXI, supone una detención brusca de la función de los riñones, que puede ser reversible en la fase inicial, pero puede progresar y acabar en diálisis si no se acaba con su causa. Lo padecen entre un 3,5 % y un 7 % de pacientes que ingresan en un hospital y entre el 36 % y el 67 % de los enfermos críticos, lo que lleva consigo un alargamiento de las estancias de entre cuatro días y dos semanas, y aumenta la tasa de reingreso.
Hasta ahora, lo único para prevenir o contrarrestar los daños renales era hidratar mucho a los enfermos con el objetivo de que el medicamento tóxico circulase a mayor velocidad, explicó Tejedor. Pero, una vez producido el daño, algo que ocurre en más del 40 % de los casos, los tratamientos que venían recibiendo los pacientes debían ser sustituidos por otros menos eficaces y más costosos para la sanidad pública, y llegaban incluso a tener que ser interrumpidos.
No es una molécula nueva, puesto que en los años 90 del siglo pasado ya se usaba en combinación con un antibiótico en trasplantes. Ese fue el punto de partida para que el equipo español analizara los resultados obtenidos en distintos países en pacientes con trasplante de corazón, pulmonar y renal.
Después de más de una década de trabajo, pudieron demostrar esa función protectora en más de un 80 % de los casos. El hospital ya realizó todos los ensayos preclínicos y publicó los resultados en las revistas internacionales Kidney International y Nephrology, informa EFE.