Desembarcan en Sicilia los 134 inmigrantes restantes del 'Diciotti'

El Gobierno de Italia ha dado por fin luz verde al desembarco de los 134 inmigrantes que todavía se encontraban a bordo del buque de rescate marítimo ‘Diciotti’, que llevaba atracado cinco días en el puerto siciliano de Catania, sumándose así a los 16 que pudieron hacerlo unas horas antes por motivos de salud y a los 27 menores que lo hicieron el jueves.

De esta forma, los más de 150 inmigrantes que llevaban ya ocho días en el barco, cinco en el puerto italiano, han podido pisar tierra firme poniendo fin a su travesía y al enfrentamiento entre el Ejecutivo italiano y la Unión Europea. Sin embargo, la justicia italiana ha abierto una investigación contra el ministro italiano de Interior, Matteo Salvini, por “secuestro de personas, detenciones ilegales y abuso de poder” con el objetivo de saber quién dio la orden de prohibir el desembarco de los inmigrantes del Diciotti. Su jefe de gabinete también está involucrado en la misma investigación iniciada por la fiscalía de Agrigento, en Sicilia.

Los inmigrantes fueron rescatados el jueves pasado y tras varios días a la deriva Italia autorizó que el barco atracara en Catania pero sin permitir el desembarco. Por presiones del fiscal local y la asociación de jueces de menores, Salvini autorizó que desembarcaran 27 menores, que fueron trasladados a diferentes centros de acogida. El sábado el ministerio de Interior a petición por la Oficina de salud marítima, autorizó el desembarco de 16 personas más, 11 mujeres y 5 hombres, dos de ellos enfermos de tuberculosis.

El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha anunciado que Albania se ha ofrecido a acoger a 20 de los migrantes, al tiempo que Irlanda ha propuesto acoger a unos 25, mientras que el resto serán refugiados por la Iglesia italiana sin ningún tipo de aportación por parte del Estado.

El devenir incierto del ‘Diciotti’ generó una ola de críticas contra Salvini durante los últimos días, una de las más severas la hizo el arzobispo de Agrigento, el cardenal Francesco Montenegro, quien explicó en una entrevista el sábado al diario La Stampa: «A veces llego a pensar que si fueran animales, los trataríamos mejor».