Médicos Sin Fronteras denuncia la muerte de un centenar de personas en un naufragio frente a Libia
Casi un centenar de personas han desaparecido en el Mediterráneo tras hundirse un precario bote de goma frente a las costas de Libia, según ha informado este martes una fuente de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) a Efe.
Casi un centenar de personas han desaparecido en el Mediterráneo tras hundirse un precario bote de goma frente a las costas de Libia, según ha informado este martes una fuente de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) a Efe.
El suceso tuvo lugar el pasado 1 de septiembre cuando uno de los botes, cargado con más personas de las que su capacidad le permitía, se deshinchó y comenzó a hundirse frente a la costa de la ciudad de Khoms, uno de los núcleos estratégicos en las inmediaciones de Trípoli en los que operan las mafias que trafican con seres humanos.
Entre los supervivientes, que ascienden a un total de 276, había varias mujeres embarazadas y un amplio número de menores. Todos ellos fueron interceptados por los guardacostas libios, quienes los trasladaron a un centro de detención en el que permanecen recluidos desde entonces en condiciones insalubres y precarias, según la misma fuente de MSF. Los servicios de guardacostas libios, que han sido consultados hoy por Efe, han evitado confirmar o desmentir esta información.
En los últimos dos años, las costas entre Trípoli y la frontera con Túnez se han convertido en una de las localizaciones clave para las mafias que trafican con migrantes, a pesar de la vigilancia de patrulleras europeas sobre el terreno.
Desde el inicio de 2018, cerca de 21.000 migrantes han logrado cruzar a través de la llamada ruta central del Mediterráneo, que abarca las costas de Libia y Túnez rumbo a Italia y Malta, y más de 1.100 han muerto intentándolo.
Según datos de la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), vinculada a la ONU, al menos 171.635 inmigrantes irregulares lograron cruzar a Europa en 2017, mientras que 3.116 desaparecieron en el mar.
En los últimos meses, los barcos de rescate gestionados por ONG internacionales se han visto obligados a retirarse de la ruta, acosados por los servicios de guardacostas libios y la presión de la Unión Europea y el Gobierno italiano de Salvini.