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Johnson & Johnson, acusada de promover "una epidemia de adicción" a los opioides

La demanda señala que la farmacéutica comercializó productos con altas dosis de opioides sin atender a los riesgos y sin evidencias científicas de su efectividad

Johnson & Johnson, acusada de promover «una epidemia de adicción» a los opioides

El fiscal general del estado de Washington, Bob Ferguson, ha presentado una demanda contra la multinacional Johnson & Johnson acusándola de desempeñar un papel clave en el uso desmedido de opioides de la industria farmacéutica y por participar en una campaña de márketing «engañosa». «Los opioides han destruido a las familias de Washington, han sobrecargado nuestro sistema de atención médica y han provocado una epidemia de adicción que estamos luchando por contener», sostiene Ferguson. «Johnson & Johnson debe responsabilizarse del daño causado».

La demanda, presentada en el Tribunal Superior del Condado de King, afirma que Johnson & Johnson, uno de los mayores proveedores de las materias primas utilizadas para producir analgésicos opioides, comercializó engañosamente el uso a largo plazo de estas sustancias en dosis altas, sin evidencia documentada de su efectividad e ignorando los riesgos de tales medicamentos.

Ferguson también afirmó que Johnson & Johnson, junto con varias de sus subsidiarias, alimentaron la epidemia de opioides en el estado de Washington y en todo el país, al embarcarse en una campaña de marketing masiva engañosa. De acuerdo con el fiscal, la campaña convenció a médicos y al público de que sus medicamentos son efectivos para tratar el dolor crónico y tienen un bajo riesgo de adicción. Además de utilizar ingredientes activos procesados para producir sus propios opioides, Johnson & Johnson vendió estas sustancias a otros fabricantes importantes para usarlos en sus propios medicamentos. Esas compañías son, entre otras, Purdue Pharma y Teva. Los ingredientes se usaron para fabricar oxicodona, hidrocodona, fentanilo, naloxona y otros medicamentos.

La Guía 2016 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) para la prescripción de opioides para el dolor crónico, determinó que no existe ningún estudio que demuestre que los opioides sean efectivos para el tratamiento del dolor a largo plazo. Los CDC encontraron «evidencia extensa» de que aquellos que usan opioides por más de tres meses tienen un riesgo sustancialmente mayor de trastorno por el uso de estos analgésicos.

La demanda da continuidad en el trabajo de Ferguson para combatir en su estado la epidemia de opioides. En 2017, el fiscal general presentó una demanda contra la empresa Purdue Pharma y en marzo de 2019, otra contra los distribuidores más grandes de opioides recetados en el estado de Washington, cuyo juicio está programado para el mes de octubre.

Ese organismo público calcula que cerca de 218.000 personas han muerto en el país en las dos últimas décadas debido al consumo de derivados del opio y sus versiones sintéticas. La adicción a medicamentos como el fentanilo o la oxicodona que son recetados para calmar el dolor ha causado una crisis de salud pública en el país, con más de 47.000 muertes en 2017. Hasta el momento personas e instituciones que alegan que las compañías farmacéuticas ayudaron a fabricar una cultura de dependencia de esos medicamentos han presentado más de 2.000 demandas en diferentes cortes de EEUU contra esas empresas.

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