Dos presidentes toman posesión a la vez en Afganistán mientras EEUU retira tropas
EEUU empieza a retirarse de dos bases militares en Afganistán el mismo día en que deben empezar las negociaciones de paz entre el Gobierno afgano y lo talibanes
El presidente afgano Ashraf Ghani asumió el pasado lunes un segundo mandato presidencial en un contexto de crisis institucional ya que el ex primer ministro Abdulá Abdulá, que también reivindica la victoria en la elección presidencial de septiembre de 2019, se declaró presidente inmediatamente después.
«Juro en nombre de Dios obedecer y proteger la santa religión del islam, de respetar y supervisar la aplicación de la Constitución», dijo Ghani en una ceremonia que contó con una importante asistencia de diplomáticos.
Al mismo tiempo, en otro lugar, en una ceremonia transmitida por la televisión, Abdulá Abdulá se declaraba presidente de Afganistán. Abdulá Abdulá juró «proteger la independencia, la soberanía nacional, la integridad territorial y los intereses del pueblo afgano», minutos después de que Ghani jurara el cargo de presidente.
Mientras ambas ceremonias de investidura tenían lugar, se produjeron dos explosiones en Kabul.
«No tengo chaleco antibalas, solo mi camisa. Seguiré (en el cargo) aunque me tenga que sacrificar«, lanzó Ghani, sin abandonar el estrado en el que estaba pronunciando su discurso, pese a que se activaran las alarmas en el palacio presidencial.
Mientras tanto, las fuerzas estadounidenses han empezado a retirarse de dos bases militares en Afganistán, el mismo día en que deben empezar las negociaciones de paz entre el gobierno afgano y lo talibanes a pesar de la violencia y la crisis política en el país.
Según el acuerdo firmado el mes pasado en Doha, con el que Washington quiere poner fin al conflicto más largo de su historia, todas las fuerza extranjeras abandonarán Afganistán en un periodo de 14 meses, a condición de que los talibanes cumplan sus compromisos en materia de seguridad.
Según este acuerdo, Estados Unidos tiene que reducir sus tropas de 12.000 a 8.600 hasta mediados de julio y cerrar cinco de las 20 bases que tiene en el país. Las tropas han comenzado a abandonar una base en Lashkar Gah, la capital de la provincia de Helmand, en el sur, y otra en Herat, en el este.
A pesar de estas retiradas, las fuerzas estadounidenses siguen manteniendo «todos los recursos militares y la autoridad para cumplir sus objetivos», dijo el lunes el coronel Sonny Leggett, un portavoz, en referencia a las operaciones de contraterrorismo en apoyo de las fuerzas afganas.
Helmand, que junto a la provincia vecina de Kandahar está considerada un feudo de los talibanes, fue el escenario de los enfrentamientos más duros de la guerra que empezó hace 18 años. Omar Zwak, un portavoz del gobernador de Helmand, ha declarado que entre 20 y 30 extranjeros han abandonado Lashkar Gah desde el pasado fin de semana.
Tras el acuerdo, los talibanes, que presumen de haber logrado una «victoria» ante Estados Unidos, siguen llevando a cabo ataques de baja intensidad contra las fuerzas afganas. Por el momento Estados Unidos solo ha respondido a algunos de ellos.