Director de un hospital de Wuhan: "Si no se usan mascarillas, no se podrá controlar la epidemia"
Los sanitarios chinos también han sugerido que el virus puede estar mutando
Hablan con la voz de la experiencia y lo afirman: el uso de mascarillas es indispensable para contener el brote. Sanitarios del hospital de Leishenshan, construido en menos de dos semanas para combatir el coronavirus en Wuhan, han defenido hoy su uso obligatorio.
«No usarlas es una estupidez», ha afirmado el especialista Wang Xinghuan, director del Hospital de Zhongnan y responsable del de Leishenshan, durante una visita guiada para los medios de comunicación.
Según Wang, el uso de las mascarillas entre la población constituye «una medida científica de protección», y sirve también para evitar que los trabajadores médicos se contagien. «Si no se usan, no se podrá controlar la epidemia», ha afirmado.
Wang ha incidido también en que las cuarentenas que se impongan para frenar la expansión del brote deben ser estrictas, como la que se puso en marcha en Wuhan durante semanas, ya que «las voluntarias en domicilios particulares no funcionan».
«Hacen falta muchas pruebas para detectar a los enfermos y a los asintomáticos, o a quienes haya que aislar fuera del domicilio particular para que no contagien a otros», ha añadido el experto. También ha argumentado que los pacientes recuperados de la COVID-19 deberían pasar dos semanas de cuarentena tras ser dados de alta como medida de precaución.
El virus[contexto id=»460724″] y sus síntomas pueden manifestarse «de manera diferente en Occidente respecto a China», ha añadido el subdirector del Hospital de Zhongnan y experto en urgencias Zhao Yan. «La pérdida del gusto y el olfato, por ejemplo, ha variado en Europa y Estados Unidos. Esto nos hace pensar que el virus está mutando. Necesitamos cooperación», dijo, y añadió a continuación que lo más importante ahora es «impedir los rebrotes». «La vigilancia es fundamental todavía en Wuhan», advirtió Wang.
En la ciudad, cuna de la pandemia, hay ahora 44 casos sospechosos de haberse contagiado del virus, según los últimos datos ofrecidos hoy por la Comisión Nacional de Sanidad de China. Asimismo, dos personas fallecieron en Wuhan en las últimas 24 horas, con lo que el número total de muertes en esta ciudad asciende hasta ahora a 2.577, según el organismo.
La práctica ausencia de nuevos casos confirmados llevó a las autoridades a levantar el pasado 8 de abril las restricciones que había impuesto a sus habitantes tras 11 semanas sellada.
Wuhan consiguió revertir la situación, entre otros factores gracias a la construcción exprés de hospitales como el de Leishenshan, que comenzó a admitir pacientes el pasado 8 de febrero. El centro cuenta con una capacidad de alrededor de 1.500 camas, pero a día de hoy solo quedan 14 pacientes allí. En sus paredes siguen las firmas, agradecimientos y mensajes de ánimo escritos para los médicos durante los peores episodios del brote.
Fue el segundo de los hospitales construidos en apenas unos días tras el de Huoshenshan, que se convirtió en uno de los paradigmas del «milagro chino», a la vez que en la mejor herramienta propagandística de Pekín en la lucha contra la enfermedad. Las obras de Huoshenshan comenzaron el 23 de enero y pronto los medios estatales difundieron imágenes de más de un centenar de vehículos de obra, sobre todo excavadoras, trabajando sin descanso en una vasta superficie.
Además, estos centros hospitalarios exprés han funcionado bajo la tutela de médicos militares, algunos procedentes de hospitales del Ejército de Liberación Popular y otros de universidades de las distintas ramas de las fuerzas armadas.