Una ciudad china permite consultar si tu pareja tiene antecedentes de violencia doméstica antes de casarte
Alexander F. Yuan | AP Photo
La ciudad de Yiwu, al este de China, adoptará un nuevo sistema que permitirá que los residentes verificar si su pareja cuenta con registros de violencia doméstica pasados antes de casarse, en un movimiento para prevenir y reducir los casos de este tipo de abuso.
Por qué es importante: esta herramienta nace después del aumento en la violencia doméstica tras las restricciones y medidas de cuarentena en China por la pandemia del coronavirus. Yihu revelará el próximo 1 de julio esta base de datos que incluirá información de personas que han cometido delitos, tanto condenadas como sometidas a órdenes de alejamiento o detenidas por violencia doméstica desde el año 2017.
A cada solicitante se le permite, en el plazo de un año, hacer hasta dos consultas sobre violencia doméstica y pedir información sobre no más de dos posibles parejas matrimoniales. “En muchos casos, las partes involucradas solo conocen la violencia doméstica después del matrimonio. Mediante el establecimiento de una base de datos en esta investigación, los socios pueden conocer de antemano y considerar si casarse», ha expresado la vicepresidenta de la federación de mujeres en la ciudad Zhou Danying a el periódico local The Paper.
Aquellos que usen la base de datos para cualquier otro propósito que no sea el buscar si su pareja ha cometido violencia doméstica en el pasado «tendrán consecuencias legales», añade. La iniciativa de Yiwu, sin embargo, puede verse limitada por el hecho de que en muchos casos de abuso doméstico no existe denuncia o los tribunales renuncian este tipo de violencia.
En 2016, China aprobó la primera Ley contra la Violencia Doméstica y quedó definida, desde ese momento, como «daño físico, psicológico o de otro tipo», contemplando en este tipo de abuso tanto las heridas y golpes como las amenazas e insultos. Además, hace un mes entró en vigor un código civil, en un intento por reducir las altas tasas de divorcio, en el que aquellas parejas que quieran separarse tendrán que someterse a un período de un mes de «reflexión». Algo que puede poner, aún más, en riesgo a aquellas víctimas de violencia doméstica.
