Proyecto Hombre ha registrado un aumento de demanda de atención durante la pandemia por adicciones a cocaína, alcohol y cannabis como las principales sustancias, aunque muchos de los centros de atención se refieren al juego patológico como una de las principales causas de demanda de ayuda.
Por qué es importante: la situación de confinamiento puede ser para las personas que están en un proceso de rehabilitación un momento crítico que favorezca un proceso de recaída, a lo que se une que las personas con adicciones suelen tener dificultad en el manejo y gestión emocional.
«Las principales urgencias de ayuda han sido por estimulantes, cocaína, alcohol y cannabis y un 20% por mal uso de las tecnologías o juego patológico; en más de una cuarta parte de centros ha aumentado la demanda más del 30%», ha explicado el presidente de Proyecto Hombre, Alfonso Arana.
Durante el confinamiento, se han producido 1.523 nuevas demandas de atención a Proyecto Hombre -hasta inicios de junio-. En total la entidad ha seguido ateniendo a 6.014 personas y 5.600 familias (más de 700 de las personas han sido atendidas en recursos residenciales y 5.300 han continuado su tratamiento telemáticamente en grupos de ayuda o de manera individual). La organización ha mantenido abiertos la mayoría de recursos residenciales, donde 310 trabajadores han continuado el trabajo presencial, siempre contemplando todas las medidas de higiene y de seguridad; y otros 600 trabajadores de forma telemática.
Arana ha reconocido el «esfuerzo de los trabajadores que han tenido que adaptarse a una situación cambiante día a día» a las condiciones marcadas por la evolución de la COVID-19[contexto id=»460724″] y las necesidades de las personas atendidas, «que han vivido un agravamiento por estas circunstancias, con cuadros de ansiedad que les llevaban a la necesidad de consumir o por conflictos familiares por una difícil convivencia».
El análisis de las personas en tratamiento a lo largo de 2019 muestra que la edad media de las mujeres es de 41,8 años y de los hombres 38,9, el 32,6% de los usuarios tiene problemas de salud crónicos que afectan a su vida cotidiana y más de la mitad no tiene empleo. Además, el 80,9% de las mujeres y el 65,9% de los hombres atendidos han presentado periodos de ansiedad severa en su vida.