En 2019 fueron internadas en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) 6.473 personas. El 60 % (3.871) fueron repatriadas forzosamente, 2.513 puestas en libertad y 89 salieron de los centros por otras circunstancias, como traslados o fallecimiento, según el último informe del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM).
Por qué te lo contamos: el SJM continúa reclamando el cierre de estos centros, que durante la COVID-19 se han vaciado. Piden que, a falta de su cierre, se eviten ingresos «de menores, solicitantes de asilo, personas con problemas de salud física y mental, de aquellas que tienen ya redes de apoyo o que son víctimas de trata”.
La cifra de personas expulsadas o devueltas desde los CIE –en los que se ingresa a los extranjeros por su situación de irregularidad– se ha reducido respecto a 2018, cuando 4.582 fueron expulsados y también fueron menos extranjeros los que ingresaron en los centros respecto al año anterior. En concreto, 1.382 menos.
En 2019 solicitaron protección internacional en esos centros 2.164 personas (el 33,43 % del total de las internadas) y se admitió a trámite en torno al 10 % de solicitudes; se registra un aumento notable respecto de 2018, cuando habían sido 1.776 peticiones de asilo.
«Después de diez años nos seguimos encontrando con un Ministerio del Interior, una fiscalía y una judicatura que siguen mirando para otro lado, ignorando el sufrimiento que genera este internamiento en los CIE, gobierne quien gobierne», ha lamentado Josep Buades, uno de los autores del informe.
El SJM pide que no vuelvan a abrirse estos centros una vez se supere la situación generada por la COVID-19 o que se limite la medida a casos excepcionales
El objetivo del informe es evaluar los centros de internamiento en España a través de visitas que realiza a los migrantes para detectar situaciones de vulnerabilidad y posibles vulneraciones de derechos. También incorpora los informes realizados por el Defensor del Pueblo, ACNUR y datos oficiales sobre internamiento en CIE facilitados en el Parlamento.
En 2019, la ONG visitó a 793 personas en los CIE de Madrid (Aluche), Barcelona (Zona Franca), Valencia (Zapadores) y Algeciras-Tarifa (La Piñera e Isla de las Palomas); 749 varones y 44 mujeres y por nacionalidad, el 74 % magrebíes (57% marroquíes y 17% argelinos).
«Es urgente que los migrantes ingresados tengan una defensa adecuada, un servicio médico de calidad y una atención psicológica en momentos de gran angustia que se vive antes de una repatriación», aseveran.
El perfil del migrante en los CIE es «varón magrebí de menos de 30 años y sujeto a una orden de devolución por estar ilegal en España», ha explicado Ana Bosch, otra de las autoras del informe, quien ha insistido en que siguen sin identificarse a menores migrantes que acaban en los CIE, ingresando a personas que habían pedido cita para renovar su documentación o «casos de violencia policial diferida o desproporcionada».