Corea del Norte, que hasta ahora se había declarado impermeable al nuevo coronavirus[contexto id=»460724″], ha anunciado este domingo un primer caso «sospechoso» de la enfermedad, que sigue propagándose por todo el mundo.
Por qué te lo contamos: aunque se desconoce la verdadera situación de la pandemia en el país, hasta la fecha el hermético régimen no ha notificado oficialmente a la Organización Mundial de la Salud (OMS) ningún caso de Covid-19 en su territorio. Ahora, Kim Jong-un ha declarado el estado de emergencia máxima.
A pesar de las estrictas medidas de cuarentena, «parece que el vicioso virus ha entrado en el país», ha afirmado el dirigente norcoreano Kim Jong Un, según la agencia de noticias oficial KCNA.
Se trata de una persona que «regresó el 19 de julio después de haber cruzado ilegalmente la línea de demarcación» que hace las veces de frontera con Corea del Sur, según KCNA.
«Fue inicialmente sometida a una estricta cuarentena» y todas las personas que han estado en contacto con ella en la ciudad fronteriza de Kaesong, en la que se impuso «un confinamiento total», están siendo «investigadas a fondo», ha añadido.
La pandemia sigue azotando al mundo, con casi 16 millones de contagios, más de 640.000 muertos y una estela de penurias y desconfianza.
Pero el presidente brasileño Jair Bolsonaro anunció que dio negativo a la COVID-19 tras haber sido diagnosticado el 7 de julio, una recuperación que atribuyó a su tratamiento con hidroxicloroquina.
Brasil es el país latinoamericano más afectado por la COVID-19 con casi 2,4 millones de contagios y más de 86.000 decesos pero el azote es muy desigual en este territorio de 212 millones de habitantes.
Esta semana, y por primera vez desde que surgió la pandemia, se diagnosticaron más de 280.000 contagios en el mundo en 24 horas, cifra que obliga a los gobiernos a intensificar las restricciones y que generan desconfianza en las autoridades, según un estudio divulgado el sábado.