Asturias llevará a cabo con ayuda de robots análisis automatizados análisis de las aguas residuales de las principales áreas de población de la comunidad autónoma con el fin de poder detectar por barrios o zonas geográficas concretas la presencia de COVID-19[contexto id=»460724″] y poder lanzar alertas tempranas ante posibles nuevos brotes.
Lo más importante: se trata del proyecto COV-RED, una iniciativa pionera en el mundo que el Consorcio de Aguas de Asturias, la Empresa Municipal de Aguas de Gijón, la Universidad de Oviedo y la ingeniería asturiana Magna Dea, S.L. pondrán en marcha. La principal innovación de este proyecto de investigación es que, por primera vez a escala mundial, se está desarrollando el prototipo de un sistema totalmente automatizado (con robots y brazos robóticos encargados de realizar todas las etapas) para muestrear aguas residuales desde cualquier red de saneamiento, proceder a la concentración de las posibles partículas virales existentes y extraer el genoma ARN viral con alta pureza.
El proceso se completará con la preparación de las diferentes reacciones de cuantificación del virus, su puesta en marcha en el equipo termociclador (sin asistencia humana) y la elaboración de los datos de forma que, ante posibles detecciones positivas del virus, éstas se puedan comparar con muestras previas para determinar si se está produciendo un nuevo brote local de COVID-19 y adscribirlo así a una zona geográfica concreta.
Este sistema automatizado, según informa Cadasa, «será muy útil a la hora de poder anticipar en varias semanas» la presencia de un nuevo rebrote de la enfermedad, ya que el virus es excretado por heces y orina en cantidades altas en las personas infectadas, incluyendo las asintomáticas.
En estudios realizados se ha comprobado que el ARN del virus puede estar presente en las aguas fecales hasta 16 días antes de que se identifique el primer contagio, con lo que el sistema propuesto podría ser una buena herramienta para poder lanzar una alerta temprana ante nuevos brotes.
A través de la monitorización continua de la red de aguas residuales de una forma sectorizada, se podrá alertar a las autoridades sanitarias de qué barrios de ciudades o zonas geográficas concretas están siendo afectadas por rebrotes -presencia del virus in crescendo en las aguas residuales-, lo que permitirá concentrar los test en zonas concretas de población.