La Policía griega ha detenido este martes a cinco migrantes bajo sospecha de haber provocado el incendio que arrasó en la madrugada del pasado miércoles el campo de de Moria, en la isla de Lesbos, donde vivían miles refugiados que comenzaron a llegar procedentes de Siria en 2015. Según las autoridades griegas, se está buscando a una sexta persona implicada en el incendio.
En contexto: esta detención llega seis días después del incendio que arrasó el campo de refugiados donde vivían unas 13.000 personas, provocado, al parecer, tras enfrentamientos entre los propios refugiados a raíz de la negativa de algunos de ellos a trasladarse a un centro de aislamiento al ser positivos en COVID-19. Por ahora no hay información oficial sobre la nacionalidad de los detenidos pero los medios locales apuntan a que se trata de afganos.
La Policía está siguiendo la pista a quienes podrían haber sido los autores morales del incendio, que el Gobierno griego consideró desde el principio como provocado, pues se produjo simultáneamente en tres zonas del campo.
En cuanto a la respuesta internacional ante esta nueva crisis, algunos países europeos se han comprometido a acoger a algunos refugiados, pero de momento no se ha desarrollado un plan unitario. En este sentido, el vicepresidente de la Comisión Europea, el griego Margaritis Schinas, afirmó el viernes que «es inconcebible que todavía no haya una política de migración coherente». Este martes han llegado 109 refugiados a Alemania, en su mayoría familias con niños enfermos.
A juicio de varias organizaciones humanitarias, Europa debería responder de manera conjunta. La Comisión Española de Ayuda al Refugiado ha abierto una campaña de firmas para que el Gobierno español tome la iniciativa para la acogida de los refugiados, y ha calificado la respuesta de las autoridades griegas y europeas de «decepcionante». La directora de CEAR ha señalado que el campo de Moria ha sido «la vergüenza de Europa» y que dejar a las personas abandonadas tras haber sufrido un incendio «consecuencia de las terribles condiciones de dicho campo» supondría, por parte de Europa, dar la espalda a sus responsabilidades «en materia de asilo y al respeto de los derechos humanos».
Por su parte, ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha recordado que aproximadamente 11.000 solicitantes de asilo se encuentran aún sin cobijo adecuado en Lesbos tras el incendio y ha pedido soluciones a largo plazo.