Un fallo técnico que implicó que unos 16.000 casos de COVID-19 en el Reino Unido no fueran notificados a tiempo ha retrasado los esfuerzos del Gobierno británico para rastrear los contactos de esas personas que dieron positivo, según han informado este lunes los medios nacionales. El diario Daily Mail relata que el fallo se produjo en una tabla del procesador Excel, un programa de Microsoft.
Lo más importante: el organismo público sanitario Public Health England (PHE) ha señalado que, en concreto, 15.841 casos de COVID-19 entre el 25 de septiembre y el 2 de octubre se quedaron fuera de las cifras oficiales actualizadas que el ministerio de Sanidad comunica a diario. PHE ha asegurado que el problema informático ya ha sido resuelto. Asimismo, la entidad ha afirmado que todos los positivos han sido informados de la situación, si bien no ha ocurrido así con otras personas que estuvieron en contacto con los infectados.
Lo ideal, según los expertos, es que los contactos de aquellos afectados con el virus sean rastreados dentro de un plazo de 48 horas a fin de evitar que la enfermedad se propague. Este fallo también provocó que el total de casos de coronavirus[contexto id=»460724″] diarios notificados en el gráfico que el Gobierno británico divulgó durante la pasada semana fuese inferior a la cifra real.
Esos datos fueron añadidos posteriormente a las cifras correspondientes al pasado sábado, de 12.872 nuevos positivos, y a los 22.061 del domingo. Con estas actualizaciones, según las cifras oficiales son ya 502.978 los afectados por la enfermedad en Reino Unido desde que comenzó la pandemia.
Según el consejero delegado interino de PHE, Michael Brodie, el «problema técnico» se identificó en la noche del viernes durante el proceso de transferir los positivos detectados en pruebas de laboratorio a los gráficos publicados. «Comprendemos totalmente la preocupación que esto ha podido ocasionar y como resultado se han implementado nuevas medidas robustas», ha expresado.
Los analistas han valorado que este nuevo contratiempo en el sistema informático que emplea el ministerio de Sanidad no contribuye precisamente a mejorar la confianza ciudadana en el sistema de test para detectar COVID-19 que se aplica en Inglaterra. En este sentido, el portavoz de Sanidad del Partido Laborista, Jonathan Ashworth, ha tildado de «caótico» lo sucedido y ha comentado que «los ciudadanos del país estarán, comprensiblemente, alarmados».