La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha subrayado este martes que el regreso a los confinamientos que se plantean ya algunos países de Europa ante el aumento de casos de COVID-19 debe ser el «último recurso» en la actual lucha contra la pandemia.
Por qué es importante: la fuente oficial ha añadido que este tipo de medidas «no son sostenibles, dado el gran impacto social y económico». Tarik Jasarevic, portavoz de la OMS, ha indicado en la rueda de prensa que «grandes restricciones de movimiento que mantienen a mucha gente en casa y limitan la posibilidad de muchos para trabajar y socializar debe ser el último recurso a la hora de prevenir la COVID-19 y evitar que los sistemas sanitarios se saturen».
Jasarevic insiste en que «no se trata de elegir entre dejar el virus libre o cerrar nuestras sociedades», y recalca que hay más herramientas para combatir la pandemia[contexto id=»460724″] que incluyen la higiene de manos, el distanciamiento físico, el uso de mascarillas y, por parte de las redes sanitarias, el rastreo de casos y contactos.
El portavoz afirma que las medidas de contención del coronavirus han de depender siempre de los informes de riesgo locales y señala que los confinamientos a nivel nacional «no pueden ser la medida de control por defecto». También ha admitido que «algunos países se han visto obligados a dictar órdenes para que sus ciudadanos se queden en casa para gestionar rápidos aumentos en los casos de COVID-19 y las hospitalizaciones» y así ganar tiempo para mejorar la capacidad de respuesta de sus sistemas sanitarios.
El pasado viernes, el director de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom, expresaba su confianza en el Gobierno de España y el decreto del estado de alarma en Madrid, aunque reconocía que el alcance de la pandemia en la capital española ahora «es diferente del clímax de marzo o abril, cuando tanto el número de casos como el de fallecidos fue muy alto, mientras que ahora sólo lo es el de nuevos contagios, no el de muertes».