Asturias ha prohibido el consumo en las barras de los locales de hostelería durante quince días ante el aumento de la incidencia de la pandemia de la COVID-19. Melilla, por su parte, ha ordenado el cierre de todos los establecimientos hosteleros de la ciudad, también durante la próxima quincena, y ha suspendido todos los eventos, públicos y privados, entre ellos celebraciones como bodas, bautizos y comuniones.
En contexto: esta misma mañana, Cataluña ha aprobado el cierre de bares y restaurantes en toda la comunidad durante 15 días, reducir el aforo de los centros comerciales al 30% y el de los gimnasios al 50%. Mientras tanto, el alcalde de Madrid –en estado de alarma–, Jose Luís Martínez-Almeida, pidió el martes al Gobierno central que amplíe hasta medianoche el horario de las terrazas de bares y restaurantes en la capital.
Las restricciones en Asturias suponen una vuelta, en palabras del presidente del Principado, Adrián Barbón, a una «fase 2 modificada». Un «cortafuegos» para bajar de 100 contagios por cada 100.000 habitantes en un periodo de catorce días después de que Asturias haya alcanzado una tasa de 186, frente a la media nacional de 265. El jefe del Ejecutivo asturiano ha dicho que se ha querido poner el foco en aquellos ámbitos donde mayor crecimiento de la incidencia se ha apreciado en los últimos días.
El Principado también recomienda el confinamiento domiciliario y la limitación de la actividad social y postergar cualquier actividad social o familiar «que no sea fundamental», según ha detallado el director general de Salud Pública, Rafael Cofiño.
Melilla, además de cerrar los establecimientos hosteleros, ha reducido las reuniones de 10 a 6 personas que no sean convivientes o que no tengan una reunión laboral, educativa o en el ámbito del deporte profesional, al tiempo que insta a las empresas y al sector público a que favorezca el teletrabajo. En la suspensión de eventos se incluyen las actuaciones de teatro, conciertos, musicales «o cualquier evento que se le parezca», y únicamente se mantendrán los deportivos, pero sin entrada de público.
La ciudad autónoma lleva desde principios de esta semana con una incidencia acumulada en los últimos 14 días por encima de los 500 casos, además de una tasa de positividad «preocupante», ha dicho el consejero, lo que ha llevado a Salud Pública a intervenir con estas medidas pese a que no estaba obligada por el Ministerio de Sanidad al tener «controlada» la ocupación de camas UCI.