Más de 82.000 personas afirman haber sufrido abusos sexuales a manos de líderes de los Boy Scouts of America, una cifra que pone de relieve décadas de maltrato por parte de miembros de un grupo que hasta hace poco era percibido como un modelo a seguir. El diario The New York Times sostiene que la cifra sigue creciendo de cara a la fecha límite (este 16 de noviembre) para presentar las denuncias ante un tribunal de bancarrota en el estado de Delaware.
No es nuevo: los documentos internos de la organización muestran que ya en las primeras décadas de los Boy Scouts se informaron de problemas de abusos. Estos papeles hablan de cientos de «degenerados» que habían aprovechado su poder sobre los chicos.
La enorme cantidad de denuncias –82.663, a fecha de domingo– pone las cosas difíciles para la supervivencia de los Boy Scouts, que pretenden reorganizarse y crear un fondo de compensación a las víctimas. Paul Mones, uno de los abogados involucrado en los casos contra los Boy Scouts durante casi dos décadas, ha señalado al medio que la prevalencia de los abusos que se detallan en los casos presentados es imponente, pero que aun así podría reflejar sólo una fracción del número de víctimas reales. «Sabía que había muchos casos», dice Mones. «Nunca pensé que se acercara a esta cifra».
Fundado en 1910, los Boy Scouts crecieron tras recibir una Escritura de Constitución del Congreso en 1916 que detallaba los valores de los scouts como el «patriotismo, la valentía y la independencia», por el que se guiaron varias generaciones de chicos estadounidenses. Según la organización, más de 130 millones de ellos han pasado por sus programas a lo largo de su historia, entre los que destacan personalidades como el expresidente John F. Kennedy, el astronauta Neil Armstrong, el activista por los derechos civiles Ernest Green o el director de cine Steven Spielberg.
En la actualidad, cuenta con unos 2,2 millones de miembros, aunque el número ha ido en declive desde que alcanzó su cima en los 70 con unos 5 millones. En 2017 comenzaron a aceptar chicas en su organización para mejorar los datos. La decisión no fue celebrada por las Girl Scouts.