El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, ha asegurado a Efe que ni su equipo ni él dieron la orden de facilitar la salida de inmigrantes del campamento de Arguineguín sin tener un recurso alternativo donde alojarlos, lo que provocó una situación que «no se va a repetir». Pestana ha declinado entrar en más detalles sobre de dónde o de quién partió la instrucción pero ha asegurado que el Ministerio de Interior ha abierto una investigación.
En contexto: este martes, 227 inmigrantes marroquíes que llevaban más de 72 horas en el campamento de Cruz Roja de Arguineguín (Gran Canaria) salieron del muelle sin haber un alojamiento preparado para ellos y en un momento en el que las autoridades están abrumadas por la constante llegada de cayucos. El campamento, ubicado de manera provisional e improvisada en el muelle, alberga a 2.000 personas. El municipio donde se encuentra tiene pocos habitantes más.
Pestana ha reconocido que la intensidad en la llegada de pateras y cayucos y la situación que se ha generado en el campamento de emergencia de Arguineguín, donde este miércoles por la mañana se congregaban unas 2.300 personas, «genera mucha tensión».
«Es evidente que ha habido un error de coordinación que tenemos que solventar. La magnitud del problema al que se enfrenta Canarias es mayúscula. Hablamos de crecimientos por encima del 1.100 por 100, con llegadas que ya superan las 18.000 personas en lo que va de año», ha remarcado.
Además, ha añadido, se han tomado medidas para empezar a trasladar a inmigrantes esta misma tarde desde Arguineguín al Centro de Acogida Temporal de Extranjeros (CATE) habilitado por el Ejército en las afueras de Las Palmas de Gran Canaria, en el antiguo polvorín militar de Barranco Seco, en tiendas de campaña dotadas de literas.
«Tenemos que buscar una salida al muelle, que como todo el mundo sabe está saturado», ha insistido el delegado, que precisa que los traslados se harán «lo más rápido posible», pero de forma escalonada para poner en funcionamiento el nuevo recurso de Barranco Seco.
Pestana respeta que haya partidos políticos e instituciones que hayan pedido su destitución o dimisión, pero replica que sigue trabajando en buscar respuestas a un «reto mayúsculo», con dimensiones que en los dos últimos meses no tienen precedentes, ni en la crisis de los cayucos de 2006-2007. «En octubre llegaron unas 5.400 personas, la cifra más alta de la historia en un mes, y en noviembre ya rondamos las 6.600».
A su juicio, algunos «lo ven fácil o, sencillamente, no quieren que el fenómeno esté en su ámbito territorial: ‘En mi municipio, no’».
Anselmo Pestana confía en que, en breve, la red de acogida se vaya ampliando con los espacios militares cedidos por Defensa y con el colegio León ofrecido por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, de forma que sus plazas puedan ir absorbiendo a los inmigrantes ahora hospedados en complejos turísticos.
En cuanto a los traslados de inmigrantes a la Península, que le reclaman desde varias instancias, empezando por el Gobierno canario, el delegado ha precisado que se están haciendo, para determinados perfiles de personas entre todos los llegados en patera. Pero ha insistido en que este es un problema complejo que requiere actuar en varios focos: en origen, en cooperación internacional, en vigilancia en las costas de África, en retornos y devoluciones, en salvamento en el mar y en habilitar una buena red de acogida.