Tras ocho meses sin abrir, el histórico mercadillo madrileño de El Rastro ha vuelto este domingo a las calles del barrio de La Latina con 500 puestos -la mitad del total- y un aforo máximo de 2.702 personas, que esta controlado por 150 agentes policiales y miembros de Protección Civil, respaldados por drones.
En contexto: han sido más de ocho meses de inactividad desde que el pasado 12 de marzo se decretara su cierre y el del resto de mercadillos de Madrid por la crisis sanitaria. Aunque el 20 de mayo se levantó la suspensión del funcionamiento de los mercadillos, El Rastro ha continuado cerrado por las posiciones enfrentadas entre el Gobierno municipal y las asociaciones de vendedores.
Desde este domingo, para garantizar el cumplimiento de todas las condiciones de seguridad e higiénico-sanitarias contra la COVID-19 los puestos -que tienen que disponer de geles debidamente autorizados para el público- se reparten entre la plaza de Cascorro (81 puestos), calle Ribera de Curtidores (190), plaza del General Vara del Rey (82), plaza Campillo del Mundo Nuevo (120), calle Carlos Arniches, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero (16 puestos), y Mira el Río Baja, entre las calles Mira el Río Alta y Carnero (11 puestos).
🔴🔴Vuelve el Rastro, con todas las condiciones necesarias de seguridad.
Es una alegría para todos los madrileños.
Disfrutémoslo, pero con responsabilidad. pic.twitter.com/sF7glQhkFe
— José Luis Martínez-Almeida (@AlmeidaPP_) November 22, 2020
El enfrentamiento entre los comerciantes de los puestos y la Junta de Distrito a cuenta de la ubicación de los tenderetes o el número de puestos, entre otras cuestiones, ha retrasado durante meses la vuelta del histórico mercado callejero.
«Para hacer efectiva la reapertura del Rastro en condiciones de seguridad y salubridad para todos, se han mantenido un total de diez reuniones con representantes de vecinos, comerciantes y vendedores ambulantes autorizados, de la zona del Rastro», se puede leer en el Boletín Oficial del Ayuntamiento de Madrid.
Además se ha instalado cinta de balizamiento a lo largo del borde de la calzada para separar el funcionamiento del Rastro con el libre movimiento de peatones por la acera, y se ha pedido evitar la manipulación de los productos expuestos por parte de los clientes.
El aforo está siendo controlado por la Policía Municipal por tierra y aire – mediante un sistema de drones que garantizará la movilidad– y voluntarios de Protección Civil, como ya ha ocurrido en otros eventos de envergadura similar.