Cada pronóstico del magnate y filántropo Bill Gates sobre la pandemia acapara titulares y portadas. Ya sea por las reacciones conspirativas como porque anticipó, allá en 2015, que algo como lo que hemos conocido en 2020 estaba en camino. En sus últimas declaraciones, concedidas a la cadena norteamericana CNN, ha advertido de que todavía no hemos pasado por la zona más crítica.
Más detalles: el fundador de Microsoft sostiene que los próximos cuatro-seis meses, aun cuando las principales potencias mundiales han comenzado a distribuir las primeras vacunas, «podrían ser los peores».
Lo hace respaldado por el IMHE, el Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud, una institución ligada a la Universidad de Washington que aventura al menos 200.000 muertes más. Eso sí, el empresario sugiere que el uso de las medidas de higiene y distancia social, y por supuesto las mascarillas, son fundamentales para «evitar un gran porcentaje de esas muertes».
Por otra parte, Gates ha anunciado una nueva inversión de 250 millones de dólares a través de su fundación, que comparte con su esposa Melinda, para seguir investigando sobre el virus y continuar con el desarrollo de vacunas que ayuden a la contención de su propagación.