La policía neerlandesa ha impuesto más de 3.600 multas y arrestado a 25 personas durante la primera noche en la que se aplicó el toque de queda en Países Bajos, una jornada que finalizó este domingo con altercados entre manifestantes y agentes en la zona noroeste del país y la declaración de una situación de emergencia municipal.
En contexto: el toque de queda que entró en vigor la noche del sábado es la primera restricción a la movilidad impuesta como medida obligatoria en Países Bajos desde marzo del año pasado. Hasta ahora la distancia social y el aislamiento en casa eran una «recomendación» y la gente aún podía salir a cualquier hora sin justificar sus motivos.
La Policía neerlandesa ha dispersado dos protestas contra el toque de queda, en el centro de Ámsterdam y en Eindhoven, utilizando cañones de agua, caballos, perros, porras y gases lacrimógenos, después de que los manifestantes lanzaran piedras y fuegos artificiales a los agentes y saquearan tiendas. En ninguna de las manifestaciones los participantes llevaban mascarillas o mantenían la distancia social.
La declaración de una ‘situación de emergencia’ solo ocurre en casos de disturbios, desastres o accidentes importantes, y autoriza al alcalde a dar todas las órdenes que considere necesarias para mantener el orden público y limitar el peligro.
En la región de Stein, unas cien personas convocaron una fiesta con música y alcohol justo a la hora en la que entraba en vigor la restricción, por lo que la policía tuvo que intervenir para poner fin al encuentro, lo que causó heridas leves a un agente y se saldó con agresiones con fuegos artificiales a los policías y el arresto de 14 jóvenes.