La farmacéutica AstraZeneca vuelve a incumplir su palabra con la Unión Europea y, tal y como ha podido conocer Reuters, ha comunicado a las autoridades comunitarias que entregará menos de la mitad de las dosis pactadas de su vacuna –desarrollada junto a la Universidad de Oxford– para el segundo trimestre del año. La noticia, confirmada por un alto funcionario europeo y no desmentida por la compañía, supone un nuevo revés en el objetivo de inmunizar al 70% de la población de aquí a verano.
En contexto: AstraZeneca falla a los Veintisiete por segunda ocasión, aunque sostiene que está buscando fórmulas para incrementar su capacidad de producción: de las 180 millones de dosis comprometidas, como se comprobó en el contrato filtrado, ni siquiera llegarán a 90 millones –y recordemos que la vacuna consiste en dos pinchazos–.
De este modo, de las 300 millones de dosis que tenían que llegar entre enero y junio, finalmente serán unos 130 millones. Este problema se suma a que tanto Pfizer como Moderna, las otras dos vacunas aprobadas por la Agencia Europea del Medicamento, están experimentando dificultades para alcanzar los niveles comprometidos y también están haciendo frente a retrasos en la entrega –no tan graves como en el caso de AstraZeneca–. Y a esto se une, a su vez, la desconfianza que despierta esta vacuna –por la falta de estudios sobre sus efectos en menores y mayores– y que ha conducido a varios países europeos a desaconsejarla en mayores de 55 años, a pesar de las palabras de la OMS sobre su fiabilidad.