Después de seis días, los remolcadores han conseguido desencallar el buque ‘Ever Given’. El portacontenedores se sitúa ahora en vertical y en paralelo a la orilla del canal de Suez, donde quedó encallado y atravesado el pasado martes. El tráfico ya se ha reaunudado, según la Autoridad del canal de Suez (SCA). Un total de 437 barcos están a la espera de cruzar el canal. La vuelta a la normalidad podría tardar hasta seis días más.
Por qué es importante: el ‘Ever Given’, con 400 metros de eslora, bloqueaba el paso por el canal de Suez –la ruta marítima más corta entre Asia y Europa– desde el pasado miércoles y puso en jaque al comercio internacional. Por aquí pasa el 10% del comercio a nivel mundial y el 25% de los contenedores de mercancías. Algunas embarcaciones habían llegado incluso a desviar su ruta hacia el Cabo de Nueva Esperanza para circunvalar África, pese a que implica varios días extra de navegación.
Tras ser liberado, el Ever Given se dirige al Gran Lago, donde el casco y el fondo del barco volverán a ser inspeccionados «por motivos técnicos». Una vez llegue a este punto, se empezarán a mover las embarcaciones que han permanecido allí atascadas durante la pasada semana y entonces se reanudarán los convoyes en los que transitan los barcos por el canal, de forma ordenada y por turnos ya que el tramo sur del canal sólo tiene un carril.
La Gulf Agency Company (GAC) espera que la vuelta a la normalidad ocurra en tres o cuatro días. Sin embargo, Maersk, la principal naviera que opera en el canal de Suez, afirmó por su parte que el atasco podría tardar «seis días o más» en diluirse, hasta que pasen todos los barcos que están ahora mismo haciendo cola.
Las autoridades habían conseguido desencallarlo en la mañana de este lunes, tras varios intentos fallidos a lo largo del fin de semana. La subida la marea, que entre el domingo y este lunes se sitúa en su momento álgido debido a la Luna llena, ha sido de gran ayuda para conseguir reflotar el portacontenedores.
Por el canal de Suez pasa gran parte del petróleo procedente del golfo Pérsico rumbo a Europa y otros países del Mediterráneo, y en menor medida a Estados Unidos y otras partes del mundo. Asimismo es la puerta de entrada a Europa de muchas mercancías desde Asia, como componentes electrónicos y para automóviles.