Miles Jackson, un joven afroamericano de 27 años, fue disparado por la policía el pasado lunes en un hospital de Ohio. Este jueves se han filtrado las imágenes, grabadas desde una cámara que portaba uno de los agentes.
En contexto: el asesinato de Jackson es el segundo a manos de la policía en menos de una semana. El pasado domingo, otro joven negro, Daunte Wright, murió por la misma causa. Todo esto, durante la semana del juicio al expolicía Derek Chauvin, acusado de homicidio por la muerte de George Floyd. Las protestas en contra de la violencia racial han estallado por todo el país.
Jackson estaba ingresado en la unidad de Urgencias y bajo custodia policial cuando uno de los agentes detectó que llevaba un arma en el bolsillo. Entonces se inició un enfrentamiento que acabó con la muerte del joven. Estaba en el hospital porque lo encontraron en su vehículo sin conocimiento. En el momento de su muerte, se encontraba bajo custodia porque tenía una orden de arresto por violencia de género, asalto, posesión de drogas y armas.
Después de que las imágenes saliesen a la luz, el jefe de policía de Westerville (Ohio) ha prometido investigar el caso y tomar medidas, aunque las imágenes no han bastado para convencerlo de la culpabilidad de los agentes. «He visto las imágenes de la cámara corporal y tengo inquietudes que merecen una revisión adicional», ha expresado.
La noticia ha provocado diversas manifestaciones en las calles de Columbus, todas ellas reprimidas con gas pimienta.
