La Sociedad Española de Epidemiología considera necesario adoptar una serie de medidas cuando se celebren eventos multitudinarios para evitar la propagación del virus, como un test negativo de antígenos el mismo día, mascarillas, ventilación y vigilancia activa de posibles positivos.
En contexto: la SEE subraya el riesgo de que aumenten las celebraciones multitudinarias «con escaso control» una vez decaído el estado de alarma, con lo que aborda en un comunicado las estrategias que se deberían impulsar el retorno de los grandes eventos como conciertos o la reapetura de salas de fiesta de forma segura.
Hace hincapié la SEE en que estos eventos multitudinarios «se consideran situaciones de riesgo debido a la cantidad de asistentes y la intensidad del contacto entre ellos» y recuerda que la Organización Mundial de la Salud recomienda que se tengan en cuenta aspectos como la densidad de la multitud, la edad y el modo de viaje de los participantes, o el número de personas que acuden llegadas desde países con alta incidencia, entre otros. A juicio de la SEE, este tipo de iniciativas podrían celebrarse, «al menos inicialmente», en aquellas comunidades en la que los indicadores estén situados en el nivel de «nueva normalidad», como por ejemplo en las zonas con incidencias acumuladas a 14 días de menos de 25 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes y cuya ocupación de ucis por pacientes con la enfermedad no supere el 5%.
Para esta sociedad, una de las medidas imprescindibles para que se realicen este tipo de eventos son las pruebas de antígenos con resultado negativo el mismo día, en este caso, además, debería definirse dónde se llevarán a cabo, por parte de quién, y cómo se transmitirán los resultados a Salud Pública. Además, insiste en que es «preferible» que cualquier evento se celebre al aire libre, o en lugares con una ventilación adecuada y siempre con mascarilla; igualmente la SEE señala como «indispensable» tomar el nombre, la dirección y el teléfono de todos los asistentes para rastrear sus contactos.
Tras la celebración de estos eventos, el aspecto «más importante» para los epidemiólogos es el de la vigilancia epidemiológica, por ello sostienen que la programación de este tipo de acontecimientos debe ir acompañada de un protocolo que contemple la búsqueda activa de los nuevos casos positivos que pudieran producirse. Las salas también deben tener protocolos de seguridad y personal suficiente para garantizar la seguridad, señala la SEE que aconseja no vender bebidas y alimentos, ya que tiene «dudas razonables» de que las medidas de prevención se puedan cumplir.
La SEE recuerda que en los últimos meses se han llevado a cabo pruebas piloto para analizar la propagación o no del virus en este tipo de eventos, como el concierto celebrado en la sala Apolo de Barcelona. Este concierto demostró que, ocho días después de la actuación, no se detectó ningún caso positivo entre las 465 personas que asistieron a él, que tuvieron que cumplir una serie de requisitos como pasar un test rápido de antígenos con resultado negativo y llevar mascarillas FFP2. La evaluación de estos acontecimientos permitirá, de forma progresiva, autorizar la apertura de salas de fiesta, conciertos y otros eventos masivos, señala la SEE, ya que de lo contrario teme que pueda «haber un aluvión de celebraciones espontáneas sin ningún tipo de control que actúen como propagadoras del virus».