Los jugadores tendrán que definir antes de comenzar una sesión online ciertos parámetros sobre cómo va a ser la partida: deberán fijar el tiempo máximo que están dispuestos a jugar y la cantidad máxima que están decididos a gastar, según el proyecto de real decreto para entornos más seguros del juego que aprobará el Gobierno.
Las cifras: los responsables del Juego han detectado en los últimos años un crecimiento del gasto medio por jugador, cada vez gastan más y además hay un incremento de las cuentas de personas jóvenes, sobre todo de entre 18 y 19 años. El gasto medio anual por jugador era en 2016 de 312 euros y en 2020 de 533 euros, una horquilla que en cuatro años ha ido aumentando progresivamente.
Esa es la propuesta que se plasma en el último borrador del real decreto de la Dirección General del Juego, encuadrado en el ministerio de Alberto Garzón, cuyos responsables analizan ahora la treintena de alegaciones que han terminado de recibir este mes en el trámite de audiencia pública. Después irá a la Comisión Europea para que haga también sus aportaciones y vuelta al Consejo de Estado, con lo que, según fuentes de la Dirección del Juego, el real decreto podría aprobarse a finales de este año o principios de 2022.
A partir de ese momento, y si permanece el artículo 12 del real decreto, las personas que participen en alguno de los juegos online incluidos dentro de la licencia de Otros juegos, es decir bingo, ruleta, black jack, punto y banca y máquinas de azar, tendrán que hacer una configuración previa de la sesión. La sesión terminará cuando se acabe el dinero fijado o cuando acabe el tiempo que quiere jugar. «Lo que primero ocurra», precisan las fuentes, que recuerdan, no obstante, que el jugador puede iniciar posteriormente otra.
Lo que se pretende es que el jugador no pierda el control de sus propias decisiones por «las ganas de ganar»; que pare, que la adrenalina le baje y que vuelva a pensar si quiere volver a jugar y tenga que definir los límites de una nueva sesión. En todo caso, el jugador no se podrá gastar más allá de los límites establecidos en la ley, es decir 600 euros diarios o 1.500 a la semana.
Esos límites sirven a los encargados de redactar el real decreto para distinguir entre varios tipos de jugadores online, entre ellos los intensivos, es decir, aquellos que han sobrepasado el 50% del límite de depósito diario, es decir 300 euros, o el del semanal (750 euros) durante tres días o semanas consecutivas, según el caso. Los jóvenes pasarían a ser jugadores intensivos si han gastado el 25% de los límites fijados o, lo que es lo mismo, 150 euros durante dos días seguidos, o 375 euros durante dos semanas.
Los expertos consideran que si se sobrepasan esas cantidades puede llegar a producirse un «juego desordenado», algo que solo pueden realizar en algún momento un porcentaje muy pequeño de los jugadores activos, alrededor del 15%. Más del 85% de los jugadores activos (en total en España hay 1,5 millones) no llega a esas cantidades, y por eso de lo que se trata con esta norma es de intensificar las medidas para que su juego no termine derivando en un juego problemático.
Además, un jugador online intensivo no podrá pagar sus sesiones con tarjeta de crédito. Esta dejará de ser un medio de pago válido para este tipo de jugadores, que tendrán que pagar a débito para que no puedan endeudarse o con una tarjeta monedero. Esa es la filosofía de esta medida, que no puedan gastarse más dinero del que tienen en ese momento.