Salas Bajas, el pueblo de 200 habitantes que ha crecido un 20% sin medidas contra la despoblación
Salas Bajas va al alza. Este pequeño pueblo de Huesca, que no llega ahora a 200 habitantes, ha experimentado en los últimos un notable crecimiento del 20% en el cómputo de habitantes censados sin un único motivo que lo explique ni medidas específicas contra la despoblación. Se debe a «un cúmulo de cosas», explica su alcalde, Jorge García, a THE OBJECTIVE.
Hay trabajo, atención sanitaria cuatro días a la semana, polideportivo, piscina municipal, un centro social, un bar en un espacio público que gestiona una empresa privada y mucho campo en este pueblo de la comarca del Somontano. Es un ejemplo de la dependencia que tienen los pequeños municipios de las ciudades intermedias a las que ahora el Gobierno, a través de Reto Demográfico, trata de salvar con la descentralización de infraestructuras públicas, llevándolas desde Madrid hasta otros puntos de España.
«La cercanía con la capital de comarca, Barbastro, es muy importante», afirma el regidor de Salas Bajas, a solo 9 kilómetros de la cabecera, donde se encuentra un hospital general al que acuden habitualmente los vecinos. «Somos unos privilegiados», asevera Jorge García, consciente de la importancia de disponer de infraestructuras sanitarias para frenar la despoblación.
El alcalde de Salas Bajas destaca también la disponibilidad de viviendas y el acceso a Internet como uno factores clave para explicar este éxodo urbano del que se benefician pueblos equipados, como este, en el que la Diputación de Huesca ha implementado el ‘Internet rural’ que ya ofrecen compañías privadas, permitiendo el acceso a la fibra óptica, máxime en tiempos de teletrabajo: «Aquí se trabaja a la misma velocidad que en Barcelona o Zaragoza».
Máxima velocidad para navegar y máxima tranquilidad para pasear. Salas Bajas, en plena naturaleza y rodeada de viñedos, ofrece a sus vecinos el sosiego del campo, que a su vez se traduce en trabajo para el pueblo: «Tenemos una de las bodegas de vino de referencia a nivel nacional, Enate, que también posibilita que la gente pueda vivir y trabajar en la misma localidad». Además, «Salas Bajas no está excesivamente lejos Huesca o Lérida, y estamos comunicados por autovía».
Sin colegios, pero con transporte escolar
Salas Bajas tiene de casi todo, pero hace ya muchos años que perdió sus escuelas como consecuencia del éxodo rural. «Es una pena», lamenta el regidor antes de recalcar que disponen de «un servicio escolar muy bueno, con dos transportes para Primaria y otro para el instituto al día». «Los recogen, comen en el centro y los devuelven al pueblo; es ideal para los padres», enfatiza García.
Con estas mimbres, Salas Bajas ha conseguido revertir el proceso de despoblación. No ha necesitado implementar medidas específicas ni ofertar sueldo y techo, como ha ocurrido en otros municipios de España. «El Ayuntamiento de Salas Bajas no ha hecho nada particularmente», reconoce García, que habla de una tendencia que se mantiene desde hace ocho años y que se ha mantenido con la pandemia.
«Aquí todo el mundo es bien acogido, de todas las edades… Precisamente en verano vinieron dos personas mayores», apunta García: «Estaremos encantados de recibir a quien quiera venir, que vengan a conocer el pueblo, que les gustará, porque aquí lo que tiene de bueno es que te conoce todo el mundo, todo el mundo tiene nombre, todos tienen problemas y van a ayudar… Quizás en sitios grandes no te conoces, es más impersonal».