Los 197 países participantes en la COP26 analizan un tercer borrador publicado este sábado, con pocos cambios significativos respecto al anterior, de cara a llegar a un acuerdo sobre los próximos pasos en la lucha contra el cambio climático al final de esta jornada en Glasgow (Escocia).
Las partes se reúnen para opinar sobre el texto difundido por la presidencia británica, que refuerza el compromiso de «como mínimo duplicar» para 2025, respecto a los niveles de 2019, los fondos a los países en desarrollo para que se adapten al cambio del clima. El presidente de la cumbre de la ONU, el británico Alok Sharma, espera que tras esa cita se pueda cerrar ya un texto definitivo que sería sometido a aprobación del pleno, seguramente por la tarde.
Otro punto interesante del nuevo borrador es que mantiene, aunque matizado, el compromiso de «acelerar los esfuerzos hacia la eliminación del carbón sin sistemas de captura de carbono y de los subsidios ineficientes a combustibles fósiles», lo que algunos productores de hidrocarburos presionan para que se elimine. Como novedad en este artículo, que inicialmente pedía directamente la eliminación del carbón y de todos los subsidios, se reconoce «la necesidad de apoyo para conseguir una transición justa», lo que implica ayudas para que los trabajadores del sector puedan reciclarse.
El texto conmina además a los países a «revisar y reforzar» en 2022 sus objetivos de reducción de emisiones para 2030, teniendo en cuenta «las diferencias de cada país», de cara a conseguir un cero neto en 2050 (necesario para limitar a 1,5 grados el calentamiento del planeta este siglo).
El nuevo borrador, fruto de las negociaciones de la pasada noche, dice también que se iniciará un diálogo, mediante una comisión técnica, para analizar las necesidades de financiación en concepto de «pérdidas y daños» por los estragos del clima, que sufren especialmente muchos países pobres que han contribuido menos que los ricos al calentamiento del planeta.
Durante la jornada de hoy se verá si este compromiso es suficiente para el gran bloque de Estados en desarrollo perjudicados por catástrofes naturales ya inevitables, que luchan por recibir subsidios -que no préstamos- como compensación por esas tragedias que les obligan a endeudarse y que no han instigado.
Mientras las delegaciones analizan la letra pequeña del texto propuesto, diversas organizaciones ecologistas han empezado a opinar sobre su contenido. La directora de Greenpeace, Jennifer Morgan, ha considerado«un logro» que se mantuviera el compromiso, aunque matizado, sobre los hidrocarburos y que se reconozca «la necesidad de una transición justa» de ese sector. Tasneem Essop, directora de Climate Action Network, ha criticado por su parte que no se haya incluido en el borrador la propuesta hecha por 130 países en desarrollo que pedía la creación de un «mecanismo para la financiación de pérdidas y daños de Glasgow» y lamenta que en su lugar solo se abra un proceso de diálogo.