La UE acusa a Bielorrusia de instrumentalizar a los migrantes: «Las personas no son armas»
El máximo responsable diplomático de la Unión Europea, Josep Borrell, ha hablado este domingo por teléfono con el ministro de Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makei, para transmitirle su descontento por la «inaceptable» situación humanitaria en la frontera y por instrumentalizar a los cientos de inmigrantes que aguardan ahora mismo en tierra de nadie.
Borrell ha acusado a las autoridades del país de emplear a los migrantes como «armas» de presión contra sus vecinos europeos, en una estrategia de represalia de Bielorrusia contra las sanciones emitidas después de las elecciones del año pasado en el país, que Bruselas consideró como fraudulentas.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, por su parte ha desmentido que haya facilitado la acumulación de migrantes en la frontera ni que les esté impidiendo el retorno al interior de Bielorrusia, tal y como le acusan las autoridades europeas.
«La situación actual es inaceptable y debe detenerse. Las personas no deben ser usadas como armas», ha hecho saber Borrell a través de su cuenta de Twitter tras una conversación con Makei en la que ha planteado «la precaria situación humanitaria en la frontera con la Unión Europea«.
«Hay que proteger la vida de las personas y permitir el acceso de las agencias humanitarias», ha señalado Borrell en su cuenta de Twitter.
Por su parte, el Ministerio de Exteriores bielorruso ha informado de que el titular de la cartera informó a Borrell sobre las medidas adoptadas por Bielorrusia para reducir el flujo de inmigrantes, la prestación de asistencia humanitaria a los refugiados en la frontera y la interacción con las organizaciones internacionales pertinentes del sistema de la ONU.
«Fue confirmado el interés en una rápida solución a la crisis migratoria. Las partes acordaron mantener canales abiertos para el diálogo», resalta el Ministerio en un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
En el mismo encuentro, Makei aseguró a Borrell que el Gobierno bielorruso está dispuesto a mantener un «diálogo igualitario y mutuamente respetuoso» con Bruselas.