THE OBJECTIVE
Sociedad

Un nuevo máster hará frente a los retos de nuestra sociedad desde los valores cristianos

Ricardo Piñero, Gregorio Luri y Lupe de la Vallina presentan en sociedad el que será el primer máster que trate de dar respuesta a los grandes desafíos sociales desde un prisma cristiano y con un claustro interdisciplinar: lo impartirán desde científicos a poetas

Ricardo Piñero llega a la redacción de The Objective en un día ajetreado en el que presenta en sociedad el máster en Cristianismo y Cultura Contemporánea, pese a lo cual dice estar relajado, y así es. Transmite el buen humor que rebosa y se define como un disfrutón, y alguien a su vez convencido de que siempre «debemos dar un sentido a lo que nos pasa». Es catedrático de Estética en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, y justo por ello le pregunto en primer lugar: quiero saber qué es la Estética y para qué la necesitamos. Con su voz calma me explica que, como disciplina académica, la Estética existe desde el siglo XVIII, y tiene, principalmente, dos vertientes: una de ellas analiza nuestros criterios, «aquello que nos gusta y nos disgusta», y la otra tiene que ver con la Filosofía del Arte: «Es como mirar el cuadro por detrás. Es decir, tú ves el cuadro, pero ¿por qué está así? ¿Cómo llegó ahí? ¿Qué hay ahí dentro? ¿Qué sentido tiene eso? Entonces no solo es la iconografía, el componente simbólico, sino mucho más, porque el arte también es una de las formas de estar en el mundo, como la filosofía, como la biología, como la religión, como la matemática. Entonces cuando tú enseñas Estética estás mostrando cómo estamos hechos, de alguna manera». Además, desarrolla, la Estética nos ayuda a disfrutar más de la belleza: «Tu sensibilidad juega un papel muy importante. Digamos que tienes una dotación inicial, pero puedes incrementar tu patrimonio; puedes aprender a degustar. No es lo mismo nutrirte, meterte algo en la boca y que tu organismo lo asimile, que disfrutar de una comida ¿no? Pues eso, la Estética nos ayuda a eso. Es una vertiente más apetecible de la Filosofía». 

«El cristianismo es una forma de estar en el mundo también, es una forma buena de entender la vida, que responde a ciertos problemas, que responde a ciertas inquietudes y tiene unos valores que aportar. Esos valores además se nutren más cuando están en diálogo con otros que son distintos»

Junto a Gregorio Luri, filósofo y pedagogo, y a la fotógrafa Lupe de la Vallina, Piñero presenta el máster de la Universidad de Navarra titulado Cristianismo y Cultura Contemporánea, ¿qué podemos esperar?, en el que él también va a impartir clase. La pregunta llega sola: ¿Qué le puede aportar a un alumno esta formación? «Yo creo que lo que puede aportar es evidentemente conocimiento, destrezas, cultura en un sentido amplio pero sobre todo un componente que puede modificar tu forma de estar en el mundo, y eso es lo mejor, porque en el fondo el cristianismo es una forma de estar en el mundo también, es una forma buena de entender la vida, que responde a ciertos problemas, que responde a ciertas inquietudes y tiene unos valores que aportar. Esos valores además se nutren más cuando están en diálogo con otros que son distintos». En ese sentido, Piñero remarca que una de las mayores bondades de este plan de estudios es la variedad interdisciplinar que ofrece su claustro: «En este máster estamos juntos científicos -y cuando digo científicos me refiero, por ejemplo, a físicos, ingenieros… -, historiadores, pensadores sociales, sacerdotes, filósofos, artistas, poetas… Ese diálogo ya de suyo es interesante, porque cada uno tiene su mirada, y con la mirada de los otros se aprende tanto…». Aprender es estético, entonces, le comento a Piñero, y él asiente conforme. 

Ricardo Piñero en la presentación del Máster. | Foto cedida por la Universidad de Navarra.

El cristianismo y los retos presentes

Una de las premisas del máster pasa por saber, pues, qué tiene el cristianismo que decir sobre retos tan actuales, por ejemplo, como la misma ecología. ¿Qué podemos esperar, como reza su título, en este sentido? «Uno puede pensar que la ecología es un problema contemporáneo, o que el cuidado  de la tierra es un discurso que hemos generado ahora, pero eso es de una ignorancia supina: hay conciencia ecológica desde que unos señores en Grecia llamaron a la Tierra la oikos, es decir, la casa; por eso hablaban de ecología, porque el cuidado de esa casa común requiere unas normas», explica Piñero. «A partir de ahí también se empezó a pensar en que este mundo no es solo explicable desde un punto de vista biofísico, sino que hay algo sobrenatural, y el cristianismo aporta una visión sobrenatural de la naturaleza, no para aniquilarla, sino precisamente para poner más cuidado en ella, porque no solo es algo que concierne en clave humana, sino en clave divina». 

Otra de las claves de este novedoso máster es un aspecto por el cual, en este mundo célere, pasamos innumerables veces de puntillas: la trascendencia. ¿Qué es y en qué nos toca? «Yo diría que la trascendencia es algo que tienes aquí delante y muy cerca, no es tu destino dentro de cuatro años, no es qué te va a pasar en tu carrera profesional, no es… No, no, es la constatación desde una perspectiva cristiana de que Dios está aquí, de que Dios ilumina la realidad, ilumina el mundo, ilumina tu cerebro, ilumina tu inteligencia, tu voluntad…». Las personas no creyentes niegan esa luz, reflexiono, y Piñero argumenta que «a pesar de nuestras asfixias diarias tenemos un puntito siempre ahí de tener ‘sed de algo’». Y añade: «Una de las ventajas intelectuales del cristianismo es que el propio protagonista de la historia nos ha enseñado que está aquí, y que se ha quedado con nosotros: si tú quieres te escucha, y es chulo eso, puedes descolgar el teléfono sin pagar cuota mensual, ni tienes problemas de cobertura, tienes una conexión que funciona siempre. Tú le hablas y piensas que no te oye, pero está ahí, y eso da mucha seguridad. Yo cuando mi hijo me habla a veces paso de él también, pero estoy oyendo, y luego tomo resoluciones al respecto. Pues esto de la trascendencia es un poco así». 

Imagen vía Universidad de Navarra.

¿A quiénes está dirigido este máster? 

Cualquier persona con la motivación precisa puede ocupar una de las cuarenta plazas para estudiar este máster que dará comienzo en septiembre de este año. Ricardo Piñero opina así de sus ventajas: «Yo creo que tiene un componente evidentemente práctico, pero también tiene un componente de superación de lo práctico. Es decir, habrá gente a la que le sirva mucho para ser mejor profesor de Historia, para ser mejor docente de alguna otra disciplina, habrá gente que lo utilice para complementar su formación religiosa, habrá gente que diga ‘pues es que tengo inquietudes por ver lo que está pasando en el mundo’; yo lo veo muy amplio».

Se curse con la motivación que sea, el alumno debe saber las opciones con las que cuenta, pues el máster está estructurado en cuatro módulos. «Hay un módulo de orientación, más histórico y social; otro módulo de ciencia, de diálogo razón/fe pero desde la ciencia; otro módulo más específicamente filosófico y un cuarto módulo de artes, Literatura y cultura», explica Piñero. Cada uno de estos módulos tiene doce créditos, y son cuatro asignaturas por módulo, y los alumnos podrán elegir entre cursarlos todos o solo aquel o aquellos en los que estén interesados. Eso sí, para aquel que quiera obtener el título oficial habrá un trabajo final de máster. La enseñanza se impartirá con una mezcla de clases presenciales y también online, a demanda del momento digital que atravesamos. 

Para quienes piensen que esta es su formación, Piñero lanza un último guante: «¿Qué le proponemos a un estudiante? Que se implique, que se implique en el proceso de aprendizaje proponiendo él también su parte en el propio proceso del máster, que seguro nos hará aprender también a los profesores, y a la sociedad. La clave está en que mejoremos juntos». 

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