La expansión urbana amenaza los espacios protegidos de la Red Natura 2000
El modelo actual de crecimiento urbano disperso descontrolado es una grave amenaza para la biodiversidad a nivel mundial
El crecimiento de áreas urbanas en las últimas tres décadas ha superado ampliamente todas las previsiones y lo que hubiera sido necesario para albergar el aumento de población mundial durante ese periodo (80% frente a 52%). A medida que la demanda de suelo urbanizable continúa al alza, la construcción se extiende cada vez más lejos de núcleos urbanos consolidados y zonas periurbanas. Se esparce por el paisaje y da lugar a lo que se conoce como expansión o dispersión urbana.
El modelo actual de crecimiento urbano disperso descontrolado es una grave amenaza para la biodiversidad a nivel mundial. La expansión urbana se relaciona sobre todo con la sustitución de especies nativas y especialistas por especies más comunes y generalistas, muchas de ellas no nativas.
Estos cambios, con el tiempo, resultan en una homogeneización biótica: las comunidades biológicas son cada vez más parecidas entre sí en todas partes. Por este motivo resulta especialmente preocupante que los procesos de urbanización alcancen lugares de alto valor de conservación que albergan especies y hábitats amenazados, como son los espacios protegidos.
La expansión urbana en espacios protegidos
Sorprendentemente y a pesar de su potencial impacto negativo para la conservación de los espacios protegidos, hay pocos estudios que aborden esta cuestión. Ni siquiera en Europa, donde hay datos disponibles sobre el grado de urbanización en todo su territorio desde 2006.
El viejo continente ha experimentado una considerable expansión urbana en las últimas décadas. Sin embargo, se sabe poco sobre cómo ha afectado este proceso a sus espacios protegidos, integrados en la Red Natura 2000. Esta red fue creada con el objetivo de preservar las especies y los hábitats más amenazados y con mayor valor ecológico de Europa de acuerdo con las directivas comunitarias de Aves y de Hábitats.
Natura 2000 constituye la mayor red de espacios protegidos del mundo. En la actualidad incluye más de 27.000 espacios protegidos distribuidos por los 27 Estados miembros de la Unión Europea.
Entre ellos se encuentran los parques naturales y nacionales de todos los países europeos, como Doñana o Picos de Europa en España, el Monte Olimpo en Grecia o la Suiza Sajona en Alemania.
Además, se incluyen otros muchos espacios con menor grado de protección en los que se compatibiliza la conservación de la naturaleza con actividades como la agricultura, la ganadería o la caza.
En total, esta red ocupa más del 18% del territorio terrestre de la Unión Europea y cerca de un 9% del marino.
Cada Estado debe garantizar la protección de las especies y los hábitats de las dos directivas a través de la regulación y la gestión apropiadas de los usos del suelo en las áreas protegidas incluidas en la red dentro de su territorio.
Los pocos estudios disponibles indican que los espacios protegidos de la Red Natura 2000 han sufrido menos cambios de cobertura o uso del suelo que las áreas localizadas fuera de ellos. No obstante, más del 20% del territorio protegido se ha visto afectado por algún cambio relacionado con procesos de abandono de usos y naturalización o de antropización (intensificación agrícola y urbanización).
Ante la falta de información, decidí analizar cómo había evolucionado el grado de urbanización dentro y fuera de los espacios protegidos de la red en el conjunto de la UE. Los resultados indican una expansión urbana incipiente. Aunque la superficie urbanizada dentro de estos espacios continúa siendo considerablemente menor que fuera (0,4% vs. 4%), la tasa de crecimiento del suelo urbanizado a lo largo del periodo analizado (2006-2015) ha sido ligeramente más alta dentro de los espacios Natura 2000 (4,8% frente a 3,9% fuera).
En general, los espacios Natura 2000 más afectados han sido aquellos localizados cerca de núcleos urbanos de gran tamaño y densamente poblados, y los que tienen un menor número de especies o hábitats de interés para la conservación (es decir, incluidos en las directivas).
No obstante, en algunas zonas como la región mediterránea hay espacios de alto valor de conservación –con un elevado número de especies o hábitats de las directivas– y pequeño tamaño en los que la superficie urbanizada o su tasa de crecimiento ha sido elevada.
¿Cómo podemos frenarla?
Hacen falta medidas legales de protección y control más estrictas para impedir la expansión urbana en la Red Natura 2000. Esto es especialmente necesario en los espacios que están sometidos a una mayor presión de urbanización (cercanos a grandes ciudades densamente pobladas) y en los más vulnerables (elevado valor de conservación y pequeño tamaño).
Una posible explicación a la expansión urbana en áreas protegidas es la falta de aplicación de los planes de manejo en la mayoría de estos espacios: solamente el 30% de los espacios declarados por la Directiva de Aves y el 41% de los designados por la Directiva de Hábitats tenían planes de manejo implementados en 2012, según un informe de WWF.
Además, el marco de protección actual resulta insuficiente para impedir la expansión urbana en la mayoría de estos territorios. En un estudio anterior sobre los cambios de cobertura y uso del suelo en España entre 1987 y 2006, se encontraron niveles bajos de urbanización tan solo en los espacios protegidos bajo una figura de protección de nivel superior (es decir, parques o reservas nacionales y naturales).
En el resto de los espacios de la Red Natura 2000, la superficie urbanizada aumentó incluso más que en las áreas no protegidas. La conservación efectiva de estas áreas requiere, por tanto, de un marco de protección integrado que incluya una regulación más estricta, planes de manejo efectivos y controles del cumplimiento de la ley y de los objetivos de conservación en cada espacio protegido.
No obstante, un estudio reciente también advierte de que, si bien los espacios protegidos bajo las figuras de mayor nivel de protección en España no han sufrido procesos de urbanización relevantes, estos espacios constituyen un poderoso atrayente para la urbanización en sus inmediaciones.
La infraestructura verde puede utilizarse como una herramienta complementaria de protección que evite la fragmentación y el aislamiento de los espacios protegidos de la Red Natura 2000 debido a la expansión urbana en sus alrededores y que favorezca la conectividad ecológica entre los mismos.
Además, es necesaria una mayor coordinación entre las Administraciones involucradas en la ordenación del territorio y la protección ambiental. También debe garantizarse la viabilidad económica y, por tanto, el mantenimiento de los usos tradicionales del territorio en estos espacios. De lo contrario, estos serán abandonados y sustituidos por otros más rentables, pero menos compatibles con la conservación de la biodiversidad.
Debe restringirse el crecimiento urbano a las inmediaciones de áreas ya urbanizadas y evitar su dispersión incontrolada. Esto es necesario para reducir las presiones sobre las especies y los hábitats, tal y como se menciona en la nueva Estrategia de Biodiversidad de la UE, y para garantizar el desarrollo urbano compatible con la conservación de la biodiversidad, de acuerdo con la Agenda 2030 de las Naciones Unidas.