¿Clases de natación para niños? Esto es lo que recomiendan los expertos
La natación para niños es una práctica divertida, óptima para la salud y que precisa de un buen asesoramiento profesional
Los especialistas recomiendan enseñar a nadar pronto a los niños para evitar ahogamientos. El bebé puede ir a la piscina desde los seis meses de edad. No hay que obviar que los bebés en el embarazo ya se encuentran en un medio acuático (líquido amniótico). Los niños pueden aprender a nadar entre los 3-4 años e interiorizar ciertas técnicas a partir de los seis.
Nadar favorece la concentración, autoestima o ánimo en el menor y mejora sus condiciones físicas. El niño debe sentirse cómodo en el agua y no es conveniente forzarle a entrar. El que se sume miedo a ese momento impedirá que se logren los objetivos previstos.
Borja Ferro Cid, monitor de natación, explica que lo primero que desde el primer momento realizar una actividad acuática han de conocerse dos tipos de pedagogías:
-La estimulación acuática: La base para formar una buena relación con el medio acuático. Puede llevarse a cabo a cualquier edad en el niño. Es de tipo fundamentalmente lúdica y con objetivos camuflados en actividades en grupos reducidos.
-La natación deportiva: Es la parte troncal de la actividad acuática en los últimos años de la edad infantil y a lo largo de la niñez. Los objetivos resultan más técnicos y los grupos más numerosos.
El entrenador subraya que la primera perderá importancia en favor de la segunda a medida que el niño domine el medio en el que se encuentra. También refiere que ha de tenerse en consideración el tiempo necesario para atender las demandas de cada individuo (grupos pequeños). Asimismo, disponer de diferentes grupos según objetivos (distintos niveles en el mismo horario). El experto indica que los padres deben elegir el horario propicio a los propósitos del menor.
Ferro Cid sostiene que los progenitores, previamente al comienzo de las clases, pueden conocer las instalaciones. Entonces recomienda:
– Hacer una visita.
– Tomar una clase de prueba.
– Si es la primera toma de contacto del niño con el agua, ir a una instalación que cuente con piscina de pequeñas dimensiones, algo que resultará más lúdico y personal.
– La piscina no ha de cubrir al monitor. Si le cubre existen pocas probabilidades de que el adulto se meta con el niño en el agua.
Crear un ambiente cálido y de seguridad en el agua
«Los seres humanos somos mamíferos terrestres y tenemos reacciones instintivas de supervivencia cuando estamos en el agua». Con esta afirmación, Rafa Soriano, experto en entrenamiento y técnica de natación, destaca que el que pueda existir un contacto inadecuado con el medio acuático puede fomentar los instintos de supervivencia. El entrenador comenta que los mamíferos terrestres activan las alarmas por medio de unos sensores nerviosos que advierten peligro y extraen la cabeza batiendo brazos y piernas para evitar la asfixia.
Soriano usa el método Total immersion, el cual inhibe esas alarmas con ejercicios sensoriales que demuestran al cuerpo que está a salvo.
El monitor de natación indica que para enseñar a nadar a los niños resulta crucial enseñarles a moverse como los mamíferos acuáticos, minimizando los movimientos y colocando el cuerpo en una posición equilibrada e hidrodinámica.
Según el profesional, el proceso de adaptación al medio empieza calmando al niño y demostrándole que, si está en calma y en una correcta posición de flota, está seguro. Y añade que, el entrenador debe estar siempre en el agua transmitiendo seguridad y confianza.
Soriano expresa que estando el niño tranquilo y sabiendo que flota se empiezan con los desplazamientos ventrales y dorsales, con los controles de giros, inmersiones y otras habilidades. Los niños juegan, hacen volteretas, giros… Esto, según el especialista en técnica de natación, permitirá que realicen algunas prácticas más sencillamente y, además, aprenden jugando y disfrutando.
Con los niños más pequeños al estar en un medio acuático los nueve meses de gestación, se fomentan sus habilidades acuáticas naturales
Rafa Soriano
Rafa Soriano manifiesta que con los niños más pequeños al estar en un medio acuático los nueve meses de gestación, se fomentan sus habilidades acuáticas naturales. Y, con los mayores, se aprovecha su capacidad de superación para desarrollar una buena técnica. Se les enseña en imágenes, tras grabarles, aquello que han hecho bien y aquello que necesitan mejorar.
El monitor refiere que, fomentando movimientos relajados, controlados y elegantes, el aprendizaje resultará fluido y placentero.
Para Lorena Cos , psicóloga deportiva, uno de los aspectos determinantes a la hora de aprender los más pequeños, es la actitud del monitor en la clase. En cuanto a las claves del entrenador para prevenir el miedo al agua en los niños, sobresalen:
– Favorecer un contexto agradable para que quieran volver.
– Marcar objetivos en las clases de manera progresiva para ganar determinación en el agua.
– Ser flexibles ya que cada niño necesita un tiempo de adaptación diferente.
– Ayudar a que puedan descubrir algo nuevo cada día, añadiendo gran valor al esfuerzo y al trabajo realizado.
– Utilizar el refuerzo y ofrecer seguridad el tiempo que se esté en el agua.
Silvana Isabel Spizuoco, licenciada en psicología, especializada en Psicología deportiva y profesora nacional de Educación física. revela que tanto monitores como padres deben enfocar sus esfuerzos en conseguir que el niño se sienta bien y así experimentará nuevas emociones, desarrollará la fe en sí mismo y logrará hacer nuevos amigos. Según la experta, han de darse algunas condiciones para que el niño asiente sus conocimientos del mejor modo posible y disfrute:
-Motivar a través de la creatividad (con variedad de elementos coloridos) para superar los miedos.
-Celebrar cualquier logro y elogiar.
-Mostrar paciencia y alegría.
–Evitar comparar a los niños tanto en la ejecución de los ejercicios como en los resultados.
-Cuando un niño presenta mucho temor para meterse en el agua, es importante generar un punto de encuentro entre los padres o docentes (monitores) y el niño, para fortalecer la creencia personal. De esta manera, se evita el estrés y la frustración.
-Tanto los entrenadores como los padres, constituyen modelos de imitación para los niños, por eso, es importante que los progenitores puedan compartir juegos y ejercicios con sus hijos.